El ministro de Transportes y Agenda Urbana, Óscar Puente, carga con contundencia contra Iryo y Ouigo, los dos operadores privados que han irrumpido en un negocio monopolizado por Renfe a raíz de la liberalización ferroviaria (AVE, Ouigo, Iryo y Avlo: así marcha la guerra de precios).
En declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Europa Press, Puente ha culpado a ambas compañías de los malos resultados registrados por Renfe. “Están perdiendo una cantidad de dinero tremenda por tirar los precios”, estrategia comercial que ha provocado la caída en picado de los márgenes de Renfe, al tener que actualizar su política tarifaria para poder competir con ellos.
Pero el ministro no se queda ahí. Llega incluso a acusar a la compañía francesa (Ouigo) de hacer “claramente dumping de precios”, es decir, de vender a pérdidas.
Paralelamente, denuncia que SNCF, matriz de Ouigo, está poniendo todo tipo de “dificultades y trabas” a la entrada de Renfe en el país galo. “Creo que se está obligando a Renfe a competir con las manos atadas a la espalda. Me preocupa, porque es una empresa pública que tenemos que sostener y no puede ser que no pueda competir”, lamenta.
Como publicó Preferente, el presidente de compañía ferroviaria española, Raül Blanco, ya advirtió que las estrategias adoptadas por Ouigo e Iryo han desembocado en “una guerra de precios insostenible”. “No podrán aguantar estas tarifas y tendrán que ofrecer unos servicios de valor añadido”, remarcó (Renfe: “La guerra de precios de Ouigo e Iryo es insostenible”).
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Los socialistas siempre tienen a mano a alguien para echarle las culpas. La desastrosa gestion de Renfe, a la que han plagado de enchufados que no saben nada de transporte, no cuenta. Como buenos dictadores de izquierdas, todo lo que ellos hacen, es perfecto. Los ciudadanos a pagar impuestos y a callar
Este gobierno ha perdido el norte y este ministro ha perdido el norte, el sur , el este y el oeste
menudo holligan que han puesto de ministro
madre mía los comentarios de la noticia... los disparates que tiene que leer uno.
Pues lo mismo que hizo Iberia con Clickair para parar a Vueling y nadie dijo nada
Se llama competencia y libre mercado
Los españoles son un caso. Deben de ser los únicos de Europa que por ahorrarse unos eurillos prefieren ver a su compañía ferroviaria hundirse en favor de las compañías ferroviarias ESTATALES francesa e italiana. Y todo ello además porque operan en pérdidas para hundir a Renfe. Y mientras los franceses, que siempre han defendido lo suyo, como tiene que ser, poniendo trabas a Renfe para entrar en su mercado.
Estos son los patriotillas liberales. Me gustaría entender cual es su concepto de patriotismo.
El orangután debería alegrarse por que la gente pueda viajar barato.
Prefiere que suban los precios.
El orangután debería alegrarse por que la gente pueda viajar barato.
Prefiere que suban los precios.
Ilustre ignorante, el triunfo de los mediocres
Mientras tanto, la Renfe pública, en trenes de media distancia, lentísimos hasta decir basta con un recorrido que casi duplica el trayecto en bus se permite el lujo de cobrar casi el doble que el autobus con cero servicios dentro del tren, ni siquiera un carrito de bebidas o una maquina de autoservicio. Y ahí no tienen competencia, pero ya en un alarde de imaginación te puede costar el triple que el viaje en un Alvia mucho más rápido. O que un Burgos Madrid te cueste 60 u 80 eurazos, entre cuatro y cinco veces más que el autobus para ahorrar poco menos de una hora de viaje. Por cierto, si tanto se queja que no hubieran permitido la llegada de competidores, como hacen en otros paises, que solo hay pequeños competidores en rutas regionales. Han sido mas papistas que el papa, pues esto es lo que hay. No somos una democracia liberal?, pues que cada cual ponga los precios que quieran, es un libre mercado, ¿o no?, ¿o solo para lo que interesa?. Aquí cada uno capta el mercado como puede, cuando tengan una cuota de mercado X, ya se verá como los precios no son los mismos que ahora. Por cierto, y cuando piensan liberar el transporte por carretera, porque en algunas rutas los precios son de escándalo, en otras son competitivos, y se siguen con las autoizaciones administrativas por décadas.