Turquía tiene una caída de entre el 20 y el 40 por ciento en el turismo árabe, debido fundamentalmente al supuesto racismo del cual es acusado el país. Los árabes han reducido sus viajes por la violencia y la inacción policial, según afirman (Air Europa planta cara a Turkish: conectará Madrid con Estambul).
Los turcos y los árabes son de religión islámica pero étnicamente son diferentes. Por supuesto, no hablan el mismo idioma. Los datos oficiales de Turquía admiten que, dependiendo de las zonas, la caída de visitantes del sur, el Golfo Pérsico y su área, ha sido de hasta el 40 por ciento.
Aunque estas noticias no llegan a Europa, se han registrado muchos ataques, incluso con resultado de muerte, contra árabes en varias ciudades turcas. Los vídeos con imágenes de estas agresiones se han difundido ampliamente en el mundo árabe. En otras ocasiones han sido expulsados de restaurantes y ocasionalmente hay alojamientos que se niegan a recibirlos. También muy sorprendente, los árabes dicen que les multiplican los precios por tres o por cuatro respecto de clientes de otras procedencias.
Es habitual que las representaciones diplomáticas de países de idioma árabe digan que están investigando casos de malos tratos a sus conciudadanos. En ocasiones ha habido detenciones de viajeros que se han negado a pagar las exorbitantes facturas que les presentan. Los medios árabes cuentan historias de abusos de todo tipo en este sentido.
Un diplomático admite que “las campañas contra los árabes se han incrementado desde el 2022. Tenemos muchas quejas en nuestras embajadas y se las remitimos a las autoridades turcas, las cuales frecuentemente no nos responden. Nosotros hemos tenido que acudir a empresas de seguridad para defender a nuestros conciudadanos”.