Si a usted le preguntan cuándo se decide el verano turístico en España, conteste que en enero, al menos en el caso británico, porque es entonces cuando los viajeros hacen el mayor gasto. Como toda la información es transparente, hay datos muy interesantes a destacar (España: presión a Bruselas para no echar a británicos).
Primero, que los precios siguen subiendo. El gasto medio por reserva de viajes está siendo de 3.104 libras, equivalentes a unos 3.500 euros, un cinco por ciento más que el año pasado.
La segunda noticia a destacar es que, pese a ello, la demanda lo soporta y se mantiene el consumo. O más aún: sube un 75 por ciento respecto de las mismas fechas del año pasado, aunque hay que recordar que entonces la variante Ómicron tenía a todos asustados y las compras se estaban retrasando. Pero los economistas no cesan de destacar que, mientras la renta familiar disponible está cayendo, el consumo de viajes sigue aumentado, ajeno a esta situación.
Tercero, que siguen los temores a los retrasos y la incapacidad de procesar normalmente a los viajeros, sobre todo por parte de los aeropuertos –de las aerolíneas ya no tanto–.
Para España, la cuarta noticia es fundamental: nuestro país sigue siendo el líder en ventas, seguido por Grecia, Estados Unidos y Turquía.
Estos son los datos de las agencias. Skyscanner, que es un portal que informa sobre precios, indica que la demanda está un 30 por ciento por encima de la de 2019, antes de la pandemia.
Hays Travel, la segunda red de agencias de viajes del país, revela que tras las fiestas, las ventas se multiplicaron por cinco respecto del año pasado.
Según informa la BBC, Virgin Atlantic Airlines, que sobre todo ofrece vuelos de largo radio, confirma el aumento de la demanda.
Tui i Jet2 no ofrecieron datos, pero detectan tendencias muy positivas.
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