El Banco Santander ampliará capital por unos 7.000 millones de euros para comprar el Banco Popular por un euro, lo que supondría una desaliento a Globalia por las pésimas relaciones entre los Hidalgo y los Botín, y por tener el Popular el grueso de su deuda además del 10 por ciento de su capital.
El Santander utilizará los fondos captados con la operación a reforzar sus niveles de capital, que podrían verse erosionados por la absorción de Popular, ya que el equipo que lidera Emilio Saracho está cada vez más presionado para encontrar una solución a la grave crisis que atraviesa la entidad. En apenas una semana, el banco ha perdido la mitad de su valor en Bolsa, que en la actualidad apenas supera los 1.300 millones de euros y en el primer trimestre del año salieron de la entidad 3.956 millones de euros de depósitos, atendiendo a sus propios registros.
El actual presidente del Popular, Emilio Saracho, conoció a una joven Ana Botín en Nueva York, y luego fue uno de sus confidentes en la etapa del primero en Londres como vicepresidente y responsable para Europa de JP Morgan y de la segunda como presidente del Santander UK, lo que hace pensar que no es una quimera que el Popular acabase en manos del banco cántabro.
Como reveló preferente.com hace dos meses, el presidente de Globalia sigue muy de cerca la crisis del Banco Popular, pues los alrededor de 200 millones de deuda de Globalia están avalados con acciones del grupo, aunque no así la más o menos equivalente de deuda personal de Hidalgo padre, lo que justifica que quien mande en el Banco Popular tenga una trascendencia decisiva en que el primer grupo turístico español tome un rumbo y otro.
Las relaciones entre los Hidalgo y los Botín son horrorosas, acentuadas desde la Nochevieja de 2006 en que el marido de Ana Botín, Guillermo Morenés, expulsó a Javier Hidalgo de una fiesta en Gstaad a la que no estaba invitado, y el joven se juró que nunca más harían nada con la entidad cántabra. (Hidalgo sigue con los dos ojos la crisis del Banco Popular).
Hidalgo padre es dueño de más del 50 por ciento de Globalia, que junto al 15 por ciento que suman su esposa y sus dos hijas, y al 10 por ciento de su hermano Antonio, le hacen llegar casi al 80 por ciento de acciones del grupo, y el Popular, aunque solo suma el 9,9 por ciento, tiene un poder decisivo ya que a ella le corresponde la gran mayoría de la deuda tanto del conglomerado como de la persona física que lo preside (La deuda de Globalia y el horror de Botín).
Los humos y las malas maneras, se las pueden gastar quienes tienen dinero, no quienes lo piden.¡a tomar de vuestra medicina, hidalgos con minúscula, minúsculos hidalgos!