Serbia y Air Serbia, el último escape para los rusos ricos

Cuando hay un bloqueo como el que Occidente ha impuesto a Rusia, siempre quedan resquicios por los que se escapan los bloqueados y que aprovechan la oportunidad. Es el caso de Serbia.

Serbia, una región de la antigua Yugoslavia de cultura eslava, se ha convertido en el último puente que les queda a los rusos. Su aerolínea, Air Serbia, es la única que sigue volando entre Belgrado y Moscú y que proporciona un escape no sólo a los rusos sino a los miles de occidentales atrapados en esta crisis.

Como la demanda de viajes se ha disparado, Air Serbia ha tenido que destinar su A330 a esta ruta, cuya clientela está desbordando la oferta.

Además de Air Serbia, hay un segundo beneficiario de esta situación: la aerolínea privada Air Pink.

Hay que recordar que Serbia no forma parte de la Unión Europea y tampoco es parte del radio de influencia política directa de Putin, aunque culturalmente está muy cerca de los rusos. Por esa razón, no está obligada a seguir los acuerdos de Bruselas. No obstante, las autoridades serbias han advertido de la importancia de tener cuidado en no transportar personas muy cercanas al círculo de influencia de Vladimir Putin, porque se podría desencadenar una crisis que desatara la ira occidental.

En situación de normalidad, Air Serbia volaba ocho veces a la semana hasta Moscú.

Air Pink, que sólo cuenta con aviones muy pequeños, no podrá obtener muchos beneficios con el negocio, aunque los precios que carga son exorbitantes.

Sólo en los últimos días, Air Pink, con sus aviones para unas dos docenas de pasajeros, operó, según Flight Radar24, en Moscú, San Petersburgo, Niza, Salónica o la española Palma de Mallorca, donde muchos potentados tienen residencias.