Suspendido por seis meses el tren de Ámsterdam a Londres

La segunda mitad del año que viene, sí o sí hay que volar en avión entre Gran Bretaña y la capital de Holanda. O más bien entre Holanda y Gran Bretaña. Incluso pese a que este país planeaba reducir sensiblemente los derechos de vuelo, de lo cual se ha retractado. La razón es que el tren Eurostar que une las capitales de los dos países dejará de operar seis meses debido a las obras en la estación de Ámsterdam. Pese a la sensibilidad ambiental, las autoridades holandesas no han encontrado viable otra solución más que cerrar el tren. Pero sólo cerrará en sentido Ámsterdam-Londres y no al revés (Holanda recula: no limitará el número de vuelos en Ámsterdam).

La medida es bastante insólita porque los trenes han de viajar en el otro sentido vacíos simplemente porque el gobierno no ha encontrado un lugar en el que permitir que los viajeros suban, con los debidos controles.
Tampoco parece que haya sido posible bajar al pasaje en Bruselas y completar allí los trámites, porque desde la capital belga sí se mantienen las operaciones. De hecho, lo único que estará afectado es la maravillosa estación central de Ámsterdam, la Central.

Los viajeros, por supuesto, pueden tomar un tren a Bruselas y de allí otro a Londres. Pero eso es todo lo que se ofrece.

La ruta está sometida a una fuerte competencia con el avión porque, a diferencia de París o de Bruselas, la duración de unas tres horas empieza a ser comparable al avión. Easyjet es la que domina el mercado con la capital mientras que KLM tiene una fantástica red de enlaces con el resto de Gran Bretaña.