La cúpula de Thomas Cook estudia su futuro en Málaga

250 altos directivos del segundo tour operador europeo, Thomas Cook, procedentes de 50 países, se reúnen en el Palacio de Congresos de Torremolinos, Málaga, para estudiar cómo venden más y recuperan las cuentas negativas que la compañía viene arrastrando desde hace años. La reunión concluirá hoy, miércoles, bajo la presidencia de Peter Frankhauser, su director general, quien llegó anteayer a la Costa del Sol.

Thomas Cook, con esta marca británica que es la más antigua de todas las existentes, o con algunas otras de su múltiples ramas por toda Europa, es un viejo conocido de nuestro país. Sus aerolíneas, tanto desde Gran Bretaña como desde Alemania o desde Escandinavia son habituales en nuestros aeropuertos turísticos de la misma forma que sus clientes han sido de los más numerosos en todos los hoteles vacacionales del país, aunque siempre a la sombra de Tui, el líder.

Este tipo de encuentros en realidad no suponen la solución de los problemas de la compañía, sino que son reuniones para estimular la actividad de los diferentes agentes comerciales. Thomas Cook vende sus productos a través de canales online, a través de agencias de viajes de terceros y a través de sus propias redes. Sin embargo, como toda la tour operación, el mayorista está en plena reconversión, en su caso bastante accidentada, debido a que lleva años perdiendo dinero. La reconversión fundamentalmente significa reducir agencias propias (39 cierres más, por ejemplo, se anuncian para Gran Bretaña), más digitalización, ampliación del alcance de sus productos y, también, mejora de los resultados de sus aerolíneas que, en el caso de la filial alemana, Condor, pierde dinero.

Frankhauser, como indicador de los problemas que afronta la empresa, se vio obligado este año a no aplicarse a sí mismo un gran aumento salarial, después de que la propuesta tuviera una oposición notable en la Junta de Accionistas.

El valor de Thomas Cook se ha triplicado en los últimos cinco años pero, sin embargo, desde mayo de 2014, hace tres años, ha ido cayendo hasta prácticamente hoy valer la mitad de entonces. Thomas Cook, en relación con el sector ocio y viajes, ha caído en el último año un 13 por ciento mientras el conjunto del sector ha tenido un crecimiento del 8 por ciento, en una clara muestra de la debilidad de la compañía. Mucho más angustioso para Thomas Cook, su caída del 13 por ciento casa mal con el aumento del valor de Tui, su eterno rival, del 10 por ciento.