En el inolvidable marzo de 2020, los comités de crisis de todas las empresas turísticas tenían la prioridad absoluta para sobrevivir de cuidar la caja. El imprevisto caos con los confinamientos provocó que las políticas de cancelaciones fueran variando, y que algunos proveedores de agencias eligieran una postura de ganarse la confianza a largo plazo por encima del riesgo financiero a corto plazo.
Una de las que protagonizó esta decisión fue Tui Spain. “En seguida decidimos reembolsar rápidamente todo lo que podíamos, en lugar de tirar el problema hacia adelante con un bono a un año”, señalan desde el turoperador que dirige Eduard Bogatyr, a contracorriente de las otras opciones que había en el sector.
El motivo que les llevó a tomar esta medida fue que “la agencia tenía un problema porque el cliente le reclamaba la devolución de su viaje, debido a que mucha gente estaba en ERTE y necesitaban el dinero. Las agencias lo estaban pasando muy mal, y por eso decidimos hacer un gran esfuerzo”, comentan desde Tui Spain.
En casos puntuales, el turoperador tuvo que ofrecer bonos que transformó rápidamente en reembolsos, y su trabajo se centró en “forzar mucho a las aerolíneas”, que al principio se mostraban inflexibles con las políticas de cancelación, pero que con los días en esos intensos días tuvieron que cambiar sus políticas.
“Decidimos reembolsar porque dar bonos no era una solución definitiva sino llevar el problema hacia adelante, y sobre todo que el cliente no aceptaba y que al cliente no aceptaba”, afirman desde Tui Spain acerca de unos días históricos e inimaginables para todo el sector turístico ante una de sus decisiones clave de entonces.
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