FTI tenía una fuerte presencia en Francia. Tiene, porque el proceso de quiebra aún no se inició en las filiales galas. L’Echo Touristique reproduce la postura de Morgann Lesné, del banco Cambon Partners, en el sentido de que no todo está perdido para FTI (Quiebra de FTI: su receptivo en España promete soluciones).
Morgann Lesné afirma que no es prudente dar a FTI por muerta, porque hay muchos intereses en que no caiga. Certares, que inyectó 125 millones de euros, que estaba gestionando el turoperador, arrojó la toalla, convencida de que no hay remedio.
Pero Lesné afirma que es muy posible que pueda surgir un inversor que acuda a salvar a FTI. No se sabe si lo dice porque tiene constancia o porque improvisa. Añade que al gobierno alemán no le interesa para nada este cierre porque eso supone la pérdida de los mil millones de euros que FTI debe de los rescates durante la pandemia.
Hasta el momento, no se ha oído que haya un inversor dispuesto a poner dinero para sacar adelante a FTI. De hecho, Certares compró la empresa en abril de este año precisamente para hacer cirugía e intentar rescatar el barco. Con todos los datos encima de la mesa ha pensado que no hay nada que hacer, pero si un banco de inversión dice lo contrario…
Lo más convincente del débil argumento es que el gobierno alemán tiene mucho que perder. Pero cada día que pasa sus rivales le ‘roban’ clientes y sus hoteles, por ejemplo, rompen los contratos buscando salvar la temporada con otros responsables.
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