Es posible, incluso probable, que usted piense que esta noticia ya la leyó antes. Seguro que sí, porque cada pocos meses la industria de los cruceros lanza al mar un barco más grande que el anterior. Sin embargo, el que va a empezar a navegar ahora mismo, el Icon of the Seas, es definitivamente el más grande del mundo… hasta que sea superado.
El barco transporta 7.600 pasajeros, más la tripulación. Tiene veinte pisos o cubiertas, cuarenta restaurantes, siete piscinas y es propiedad de Royal Caribbean. Ahora el barco sale desde Miami para un viaje de siete días por las islas del Caribe: será su primer crucero en la historia.
Pero un barco así de grande tenía que tener oposición. Los ecologistas dicen que emitirá metano a la atmósfera, que es problemático. Porque este ya no emite humo. Navega con gas natural, lo que es mucho menos contaminante.
A partir de ahí, ya se imaginan: la naviera dice que el barco es un 24 por ciento más eficiente y los ecologistas que es un peligro, que daña la atmósfera, etcétera.
La ceremonia de botadura, que no fue exactamente eso porque ya no estaba en los astilleros, tuvo un protagonista bien conocido: Lionel Messi, que ahora juega al fútbol en un equipo local de Miami.
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