En 2006, cuando se inició la crisis económica de España, que afectó de forma crítica al turismo, Valencia tenía un exceso de oferta que provocaba que los hoteles tuvieran que hacer ofertas para lograr ocupaciones aceptables o, en su defecto, mantener precios pero sin ocupación. La travesía de la crisis fue muy dura. No es lo que ocurría con Barcelona que, pese a todo, mantuvo una demanda potente, fundamentalmente por los extranjeros. Los 60 hoteles de entonces se consideraban muchos. E incluso así, se llegó a los 82, como consecuencia de la inercia de proyectos iniciados y en los que había habido mucha inversión.
Ha pasado la crisis y Valencia renace. Renace o, más exactamente, explota: la ciudad tiene en trámites 35 nuevas unidades de alojamiento, incluyendo hoteles, apartamentos turísticos, etcétera. O sea, un boom de oferta, acorde con el incremento de la demanda y, en cierta medida, compensando el freno que ha habido estos años.
Según informa Las Provincias, los 35 proyectos incluyen también edificios singulares y, por supuesto, la mayoría de los proyectos se encuentran en la zona central de la ciudad. O sea, a más demanda en el mercado, más flujo de dinero y, en consecuencia, más oferta.
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