La Princesa de Asturias representa para el turismo español un activo mayor del que supondría un régimen republicano. La proyección internacional de Leonor de Borbón Ortiz en los medios extranjeros redundará siempre en beneficio de su país, por encima de la visibilidad y atención que captaría un jefe de Estado más rotatorio.
La gran crítica que existe sobre la actual forma de Estado viene de su falta de elección directa, aún cuando este hecho suponga una verdad del todo incompleta, ya que la aprobación de la monarquía parlamentaria vino de los sufragios del referéndum de la Constitución. Unido a ello, la ley de abdicación de 2014 que coronó a Felipe VI contó con el 90% de la cámara de representantes de la soberanía popular, además de que el reciente juramento de su heredera ha tenido, nueve años después, un apoyo en el Congreso similar.
La democracia española es representativa y no asamblearia, motivo por el que los ciudadanos delegan en profesionales mejor informados la expresión de su pluralidad. Así, la elección de los ministros o de leyes no es sometida a recurrentes votaciones, de igual modo que en caso de que se apreciase una alternativa mejor para el país que el hoy monarca, los diputados gozan de mecanismos para cambiar la Constitución. Y sin olvidar que la presión ejercida desde la sociedad y la política resultó decisiva para la salida del titular precedente.
La Familia Real ha demostrado su compromiso con el Turismo en los momentos que más lo ha necesitado. Para Mallorca han sido un apoyo constante, especialmente cuando por ejemplo en 2009 varios atentados de ETA en pleno verano buscaron golpear al sustento económico del país, y los entonces príncipes lanzaron posados a fin de transmitir calma y normalidad. Y más recientemente, cuando en 2020 tras la primera ola de Covid el Jefe del Estado y su consorte Letizia se dedicaron a aprovechar su gancho mediático para promocionar los principales destinos españoles.
Aunque para muchos conceptualmente cueste aceptar una monarquía antes que una república, el formato de la española, cuyo futuro encarna la princesa de Asturias, se demuestra en la práctica como con fortalezas de las que carecería otro modelo de Estado. El país, además, agradece una figura apartidista y cohesionadora, ante quienes se arrugan la voluntad popular sin el refrendo de las urnas, como ha ocurrido con golpistas militares, independentistas y populistas totalitarios.
La exigencia de los opositores a la corona supone precisa y paradójicamente uno de sus principales puntales, ya que perfecciona a la institución, al hacerla consciente de que al menor fallo las críticas van a dispararse. Esta tensión surte al mismo tiempo un efecto aglutinador en torno a los titulares, al ser vistos como antagonistas a los enemigos de la unidad territorial y de la diversidad ideológica. Estos últimos, como se ha apreciado estos días, viven sus horas de mayor debilidad, ante la falta de consistencia argumental sobre un sistema que al menos se prueba mejor que el resto.
Leonor se ha sometido a las leyes y a los representantes políticos, lo cual tiene poco de anacrónico ni medieval. El tipo de monarquía hispánica ha demostrado su valor en grandes crisis como las del 23-F de 1981 o la del desafío independentista de 2017, aportando estabilidad. Hoy, así, siembra en una gran parte de la población esperanza en el futuro al valorar las grandes renuncias personales de una joven por su sentido de la responsabilidad y del deber.
Pues no sé que hacemos que no ponemos a "trabajar" el activo, más que nada de réditos a la patria o a los que beneficia ese activo tan rentable. ¡Aprovechemoslo!. A ver si teneis lo que hay que tener para publicarlo, ya que borrais cualquier comentario de esa señorita principesca.
Cuando eliges algo eso es una democracia, que algo se te impone sin ni siquiera preguntar a eso se le llama obligado o dictadura, pero hay demasiada gente que esto le interesa y tiene miedo a que sus privilegios se vean afectados.
absolutismo?
Si tan bien lo hacen los Borbones, ¿por que tienen miedo a presentarse a unas elecciones?
Más vale que el activo no tome ejemplo del abuelo fiscalmente residente en una dictadura real, pero dictadura al fin y al cabo.
Vaya artículo más pelota. Esta niña es un activo?, pues ale, que deje el ejército y se ponga a trabajar por España.
Casi mejor que no, que el abuelo también "trabajaba" por España, eso si, mientras se quedaba con los dividendos, total como tenía manga ancha para hacer lo que estuviese en su real menester por aquello de que todos somos iguales ante lay, sin que se le cayera la cara de vergüenza.