A juicio Millet y Montull por el caso del saqueo del hotel del Palau en Barcelona

Aunque con un día de retraso, el martes comienza el juicio del caso del saqueo del hotel del Palau de la Música de Barcelona que nunca se construyó. Felix Millet, expresidente de la Fundación Orfeó Catalá-Palau de la Música Catalana y Jordi Montull, exdirector administrativo de la Fundación están acusados por supuestos delitos de apropiación indebida y de tráfico de influencias. Los imputados tendrán que responder por el supuesto cobro de una comisión de 900.000 euros cuya devolución les exigen.

La acusación del propio Palau y la Asociació de Veïns de la Barcelona Vella, así como el Ministerio fiscal han pedido  para ambos hasta diez años de prisión. Asimismo, están acusadas por parte de los vecinos de Ciudat Vella junto a la fiscalía, otras cuatro personas más que ocupaban importantes cargos entre los años 2003 y 2009, cuando se quiso construir el hotel.

Ramón García-Bragado, exregidor de Urbanismo y Ramón Massaguer, exgerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona. Ambos están acusados de falsedad en documento público y prevaricación, junto con Carles Díaz, arquitecto del despacho Tusquets, a quien se encargó la redacción del proyecto. El fiscal Antoni Pelegrín pide para ellos y para Enric Lambíes, exdirector jurídico de Urbanismo e Infraestructuras del mismo ayuntamiento, cuatro años y siete meses de prisión e inhabilitación para ejercer cargo público.

Según afirma La Vanguardia, Millet y Montull firmaron una escritura de compraventa en 2003 con el Institut Germans de les Escoles Cristianes a cambio de hacer obras en uno de los colegios por valor de casi 4,5 millones de euros, de la que además recibirían una comisión y podrían ceder libremente la propiedad a terceros.

En el año 2004 los acusados intentan cambiar la calificación urbanística de las fincas y su descatalogación ya que era suelo destinado a equipamientos. La Generalitat de Cataluña firmó entonces la permuta de calificaciones con una propiedad de titularidad pública para que se pudiera construir el hotel. Tras la anterior, se firmó también con el Ayuntamiento de Barcelona. El hotel sin embargo pasó a titularidad de Olivia Hotels, propiedad de Manuel Valderrama a quien ha salpicado la trama.