El dueño de Room Mate está recibiendo estopa como si fuera un sin vergüenza, una mala persona, un empresario sin escrúpulos. Todo a raíz de verse envuelto en una polémica entre partidos cainitas que quieren sacar rédito a la dichosa crisis originada por el virus y en la que él no tiene arte ni parte.
Kike Sarasola es un empresario jovial, muy querido y exitoso. No se olvide que fue el primero en poner sus hoteles a disposición de las autoridaddes sanitarias para que albergaran a pacientes contagiados. Es decir, que tiene un lado humano digno de aplauso y no de críticas malintencionadas.
Al dueño de Room Mate le arrean por ser hijo de un empresario que era el más íntimo de los amigos del expresidente Felipe González. Un empresario que falleció hace lustros y un político que tuvo episodios criticables, pero que ejerció el poder con sentido de Estado y que fue y es referente de la política.
Sarasola no solo se ha visto en medio de una guerra política provocada por una filtración abyecta sino que recibe mandobles por ser hijo de un empresario que nunca soportó al otrora rey del mambo de la cosa periodística. Cáspita con los ejemplarizantes.
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