Accor gana casi mil millones y cambia sus metas

La primera cadena hotelera europea, Accor, espera rozar en 2022 los mil millones de euros de beneficios, absolutamente recuperada de su crisis por la pandemia. Tal vez le falten entre 40 y 60 millones. Tendrá un crecimiento de entre el 9 y el 12 por ciento, con más ingresos en todos los conceptos (Accor debuta en el corazón de Madrid con su nueva marca de gama media).

Sin embargo, probablemente no sea mucho porque Accor es propietaria de la gran mayoría de sus hoteles. No es lo mismo comparar una cadena con ese nivel de propiedad de ladrillo que Meliá o Barceló, de España, que son propietarias de muchos menos hoteles y declararon beneficios de 120 y 170 millones para el año pasado.

Por otro lado, tampoco Accor se puede comparar con nuestras cadenas porque está presente en todo el mundo y, como se sabe, Extremo Oriente, que supone una parte importante de la facturación, en 2022 siguió teniendo muchos problemas porque China mantuvo una política muy extraña contra el virus y eso aún hoy impacta en la región. Ayer, por ejemplo, se supo que Korean reduce sus vuelos a China porque no llega a llenarlos y Tailandia también admitió que no podrá cumplir sus objetivos de visitantes porque China sigue con poca demanda, aunque en la dirección correcta.

Sébastien Bazin, el máximo ejecutivo del grupo Accor, indicó sin embargo que tiene la sensación de haber cumplido un gran objetivo. Y no se refiere a los beneficios, sino a que dice haber transformado la cadena, con dos grandes áreas: por un lado, la que agrupa el producto premium, medio y económico, o sea el producto tradicional, y por otro, lo que denomina “lujo y estilo de vida”, que es el futuro, el dinero, la innovación.

Bazin explica que “éramos demasiado europeos, demasiado económicos y de escala media. Teníamos Airbnb, Booking y Expedia. No quería que Accor se hundiera por ceguera. Así que quería buscar áreas geográficas y segmentos de crecimiento menos vulnerables a la disrupción digital. Esa fue toda la estrategia del grupo, durante 10 años. Ahora la transformación está hecha”. Además, durante cuatro años, Accor ha detenido sus adquisiciones, después de una docena de compras hasta 2018. Y se ha convertido en “Asset Light”, o sea que ya no busca ladrillos, al punto de que hasta ha vendido la sede. Bazin dijo que ahora Accor solo está considerando posibles “adquisiciones tácticas”.