Adolfo Favieres: "El pasaporte de vacunación es un error"

Adolfo Favieres, uno de los pioneros españoles en el desembarco hotelero en el Caribe con la cadena Occidental y asesor del WTTC, responde a Preferente en una breve entrevista centrada en los retos globales del sector y sobre el 'pasaporte de vacunación' que se quiere poner en marcha.

P. ¿Cómo percibe usted, desde la atalaya del WTTC, el futuro a corto y medio plazo del Turismo?

R. La atalaya es excelente: en WTTC se alinean más de 250 compañías, representadas por sus máximos ejecutivos, que totalizan unas ventas de casi tres billones, billones europeos, lo que supone más del 30% del Sector Turismo global. En datos pre-Covid, claro.

Pero el panorama que se divisa desde esa magnífica atalaya está lleno de niebla y de sombras, aunque parece que la niebla empieza a levantarse.

Cualquier diagnóstico que hiciéramos ahora tendría tanto de previsión como de profecía, y no conozco ningún profeta vivo...

P. ¿Alguna perspectiva en concreto?

R. Antes de nada, yo creo firmemente que el Turismo va a resurgir, más pronto que tarde, con un gran vigor, porque el Turismo no está viviendo una crisis de demanda: todos estamos deseando viajar, sino una crisis de oferta, porque se ofrecen pocos viajes seguros.

Hay consenso sobre algunas perspectivas, como que los destinos vacacionales remontarán antes que los urbanos. Pero no olvidemos que muchos destinos urbanos son, a su vez, muy atractivos para viajes de placer. Yo creo que hay que distinguir, más bien, entre viajes de ocio y viajes de negocio. Y, sí, los primeros se verán más favorecidos que los segundos.

P. ¿Qué nos puede decir sobre la posibildad, tan actual, de que se implante a nivel global el “Pasaporte de Vacunación”?

R. Pues, claramente, que sería un error y una injusticia. Verás: Si se exigiera ese pasaporte para viajar a destinos internacionales sólo los vacunados podrían viajar. Grave error, porque hay centenares de millones de potenciales viajeros que están sanos, pero no vacunados por distintas razones, que, al no tener acceso a ese pasaporte, no podrían hacer turismo  internacional. Y, durante bastante tiempo, los no vacunados serán legión. Daríamos un tijeratazo a los mercados emisores.

Pero, además, la exigencia de tal pasaporte supone una grave injusticia. Quedaría al margen una buena parte de los más de siete mil millones que habitamos este planeta, y no precisamente la parte  más privilegiada en términos económicos. Sin ánimo de exageración, sería un recorte de los derechos humanos. Y ahondaría, con seguridad, la desigualdad entre países.

En definitiva, el pasaporte de vacunación sería un pasaporte de exclusión.

P. ¿Y cual sería la solución alternativa?

R. El WTTC lo tiene muy claro, y reiteradamente lo ha hecho público:  

No crear un pasaporte sino un documento individual, digitalizado, que recoja los datos médicos del viajero, relevantes a efectos del Covid. Resultados de las pruebas PCR, de antígenos, serológicas, tambíen las vacunas. Ese documento, llamémosle “Health Pass”, probaría la identidad sanitaria del viajero y su idoneidad para internarse en el país de destino.

Pero ésta o cualquier otra iniciativa estaría incompleta si no se adoptaran ciertas decisiones que creo están bien definidas por WTTC:

Primero, Adopción de un marco internacional de movilidad globalmente aceptado que sustituya a las múltiples y diferentes medidas decretadas por diferentes gobiernos.

Segundo, Cambiar a control del viajero en lugar de control de país de origen. Es evidente que no hay países infectados sino individuos potencialmente infectados o sanos.

Tercero, La vacuna no basta. Hay que reforzar los protocolos de higiene, en adición a la vacunación,  tanto en origen como en destino.

Cuarto. Por último, y no el menos importante, implementar con urgencia medidas economicas y sociales que apoyen al Sector Turismo, tan deteriorado: Liquidez a las empresas, Moratoria fiscal amplia. Protección para los trabajadores, que constituyen el tejido imprescindible de prestación de los servicios turísticos: 174 millones de  puestos de trabajo están en riesgo.

Como se puede ver, hay tarea por delante, tarea de todos y para todos, y es necesario insistir en un llamamiento tanto a la solidaridad, tan escasa casi siempre, como a medidas que no sean excluyentes sino inclusivas.