Preocupación en el turismo de Baleares ante la posibilidad de que el verano en algunos puntos turísticos de la isla se vean afectados por los viajes de borrachera y el turismo de excesos. (Magaluf: la guerra contra el turismo de borrachera “ha fracasado”)
La asociación de comerciantes, Acotur, ha alertado de una inquietante proliferación de anuncios a través de redes sociales que promocionan fiestas y actividades ilegales en Magaluf. Pepe Tirado, presidente de la entidad, hace referencia el “pub crawling”, es decir, unas rutas que llevan a grupos de viajeros de bar en bar ofreciéndoles alcohol a precios económicos.
Algo similar ocurre con las archiconocidas “party boats”. En los últimos meses se han multiplicado las ofertas para disfrutar de fiestas masivas en medio del mar. Por algo más de 100 euros se pueden encontrar algunos packs en Magaluf que incluyen excursiones en barco con fiesta a bordo, y, por si fuera poco, salidas en discotecas por la noche.
Así, ante el temor de que Baleares vuelva a llenarse de turistas borrachos, la asociación ha instado a la convocatoria del foro municipal de turismo para iniciar una planificación del verano y que no se produzcan los altercados vistos en años pasados. Este encuentro reúne a todo el sector con las autoridades de la región y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
De igual manera, Tirado ha reclamado la aplicación del decreto de excesos visto durante la temporada pasada. “La temporada empieza la semana que viene y tenemos que saber y tomar posiciones en cuanto a la planificación”, concluye.
Cabe recordar que Baleares ya intentó tomar medidas en 2022 con una ley “antiborrachera” que fue un fracaso absoluto. El gobierno limitó el todo incluido a seis consumiciones alcohólicas gratis al día, tres en la comida y tres en la cena en hoteles de Magaluf, Playa de Palma, S'Arena, y Sant Antoni. Esta medida indignó a los turistas británicos, quienes criticaron que “esto ya no puede venderse como unas vacaciones con todo incluido”. (El fracaso de la ley contra el turismo de excesos en Baleares)
No obstante, esto derivó en la llegada de triquiñuelas para seguir ofreciendo alcohol a los turistas, como la proliferación de “barmans” ambulantes que preparan cubatas en la playa, o incluso un servicio de coctelería en el transfer del aeropuerto al hotel.
España siempre ha sido país de borrachos. La verdad es que poco ha cambiado