Ya no hay vuelta atrás. La nueva ley turística de Baleares ha sido aprobada por el Parlament. Pese a los numerosos desencuentros con el sector turístico en este sentido, la presidenta del Govern, Francina Armengol, ha defendido que se trata de una normativa "valiente, comprometida e innovadora". (Baleares se enzarza con los hoteleros por rechazar la nueva ley)
La medida ha recibido el beneplácito del PSOE, Podemos, Més per Mallorca, el Pi y Ciudadanos. Sin embargo, los dos últimos se han posicionado en contra de las disposiciones de la norma que fijan la moratoria de plazas.
Por su parte, PP y Vox la han rechazado de manera rotunda, siendo duramente criticados por el bando de la izquierda. El consejero, Iago Negueruela, ha lamentado que la oposición "ha perdido una oportunidad para mejorarla".
Armengol se ha mostrado "muy orgullosa de la ley valiente, que pone el acento en la regeneración ambiental, en favor de los trabajadores, del sector primario y pone el acento en la calidad y no en la cantidad", según Diario de Mallorca. Sin embargo, al ser preguntada por el asunto de la masificación turística, ha decidido no responder.
El diputado de Més per Menorca, Josep Castells, ha cuestionado que la nueva Ley es "una solución de medias tintas que no funcionan". Ha lamentado no haber escuchado al sector, y que se haya dado luz verde a "una ley que al final no servirá para impulsar el cambio de modelo y evitar la masificación que se vive en Baleares".
Con la llegada de esta nueva norma, desde el año 2023, los hoteles de las islas deberán instalar camas elevables para facilitar el trabajo de las kellys, una medida que implica que obliga al sector a invertir en la renovación de 300.000 camas. Al mismo tiempo, apuesta por una economía circular en el sector, por lo que se exigirá a todas las empresas contar con un plan de circularidad. (Las ‘kellys’ piden "ir más allá" para rebajar la carga laboral)
Por otra parte, se contempla el bloqueo de todas las plazas turísticas, vacacionales y hoteleras, en las cuatro islas. No podrán comprarse nuevas plazas de las bolsas de Mallorca, Ibiza y Formentera. En el caso de Menorca, que no tiene bolsa de plazas, se aplica la congelación para nueva oferta. Los consejos insulares tienen cuatro años para hacer la adecuación y fijar los límites que pueden soportar.
En términos de sostenibilidad, se obligará a los establecimientos turísticos a cambiar las calderas fuel oil por otras de gas natural o eléctricas, con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 por establecimiento.
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