Baleares: la montaña rusa turismofóbica, en imágenes

Baleares, con Mallorca como máximo exponente, viene sufriendo desde hace años una creciente y peligrosa corriente antiturística auspiciada por determinados colectivos y partidos políticos. Solo durante la pandemia, cuando la actividad desapareció casi por completo como consecuencia de las restricciones, el turismo se libró de los ataques (“La demagogia que envuelve la turismofobia no aporta valor alguno”).

En la última década se han producido un sinfín de protestas, con actos vandálicos, incluidos contra el gran motor de la economía de las islas. Cabe recordar que Baleares es la comunidad autónoma más dependiente del turismo, que ha llegado a representar el 45% de su PIB, según datos recabados de Exceltur.

Pese a ello, las acciones turismofóbicas, lejos de aminorarse, han cobrado aún mayor intensidad en el último lustro, en buena medida por la crisis habitacional existente como consecuencia del “efecto Airbnb”. Y es que el aumento desorbitado y descontrolado del alquiler vacacional, favorecido por la permisividad del Gobierno de Francina Armengol, ha acabado por expulsar a multitud de residentes den centro de las ciudades y de las zonas de mayor afluencia turística.

Solo en pandemia, cuando Baleares se quedó sin su gran sostén económico, surgió en la comunidad un movimiento contrario. En aquella ocasión, los empresarios de las islas, movidos por la desesperación ante la falta de apoyos del Ejecutivo autonómico, pusieron en marcha la campaña SOS Turismo, logrando el apoyo de buena parte de la sociedad. Preferente ofrece una recopilación de algunas de las imágenes que nos ha dejado esta montaña rusa turismofóbica (SOS Turismo: los hoteleros de Mallorca por fin se movilizan).