La llegada del verano y el fin del calendario lectivo en las universidades abre una nueva polémica en Barcelona. Como cada año, las residencias se buscan sus propios trucos para paliar la falta de actividad, convirtiéndose en zonas de alojamiento turístico ilegal.
Una investigación llevada a cabo por El País desvela que hay un alto grupo de centros que tienen abiertas las reservas pese a no haber demanda de los alumnos. La mayoría, como es habitual, sin contar con la licencia del Plan Especial de Alojamientos Turísticos (PEUAT), que es obligatoria para poder actuar como albergue u hotel.
La forma de efectuar la reserva es muy sencilla. Simplemente preguntan al usuario si viene a alguna universidad o no, aunque fijan la pregunta como “opcional”, es decir, no es necesario responderla para continuar. Tras ello, procede directamente al pago.
Algunas de estas residencias han respondido a las preguntas del citado medio, señalando que “ha sido un malentendido”. Aclaran que “es imprescindible presentar un documento acreditativo a la llegada a la residencia. Solo tenemos la posibilidad de reservar en nuestra propia web, donde se especifica bien las condiciones de alojamiento para la comunidad estudiantil”.
Otras, en cambio, actúan con más discreción, y no van a por los turistas de manera directa. Para poder reservar, hay que optar por el contacto telefónico, y aunque comuniques que no eres un estudiante, permite disfrutar de una estancia corta sin ninguna complicación.
Ante este revuelo, el Consistorio lanza un duro mensaje para aquellos que se salten las reglas. Si “alojan a personas que no son miembros de la comunidad educativa” sin contar con las licencias pertinentes, se abrirá un expediente disciplinario de manera inmediata. No obstante, el portavoz de urbanismo de la FAVB, Pere Mariné, reconoce que “es complicado pillar en las inspecciones a gente que está pocos días”.
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