El consejero delegado en España y Portugal del grupo francés B&B, Jairo González, que hace seis meses compró Sidorme, asegura en una entrevista con Cinco Días que “Airbnb no es competencia, es un canal, no es una cadena hotelera. A mí me encantaría vender en Airbnb y a todos los hoteleros también” (B&B, tras la compra de Sidorme, prevé disponer de 40 hoteles).
“El problema se produce en dos situaciones: cuando tienes viviendas y quieres cambiar el uso para hacer pisos turísticos y cuando en un mismo espacio conviven vecinos y turistas”, señala. En su opinión, la solución pasa por legislar para diferenciar ambos usos y establecer obligaciones y limitaciones. Algo que ya han intentado Madrid y Canarias que, sin embargo, han visto como los tribunales superiores de Justicia les han obligado a rectificar.
“Las administraciones que legislen en esta materia tienen que ser muy cuidadosas con los defectos de forma que son los que han tumbado sus leyes”, apunta. Además considera que si todas las legislaciones autonómicas conculcan la ley superior (la ley de arrendamientos urbanos), “lo que hay que hacer es cambiar la ley superior”.
Jairo González asegura que con su modelo de hoteles económicos, de una y dos estrellas, bien comunicados y situados en la periferia de las grandes ciudades a España, las ventas de la cadena "durante el primer trimestre han crecido un 50% si sumamos los inmuebles de Sidorme y de B&B”. Sidorme cerró el pasado ejercicio con una cartera de quince hoteles, 15 millones de facturación y un beneficio de 5 millones de euros.
En la actualidad, la compañía, tras unir todos los activos, dispone de una cartera de 20 hoteles, tras la incorporación en el último ejercicio de tres hoteles en Madrid y otro en Vigo y las previsiones pasan por incorporar otros dos el próximo ejercicio, uno en Barcelona y otro en Madrid. Además de los hoteles, B&B también gestiona apartamentos turísticos, como sucede en el inmueble situado en la calle Fuencarral en Madrid.
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