Vuelco en Benidorm, Magaluf y Torremolinos: ahora en la mira del lujo hotelero

Poblaciones que por antonomasia se les conoce como destinos turísticos “baratos” o “masificados” están en la mira de las grandes cadenas hoteleras para ser transformados en los nuevos emplazamientos del lujo. Benidorm, Magaluf y Torremolinos le sonríen a la exclusividad con hoteles de cuatro y cinco estrellas e inversiones millonarias de firmas que quieren aprovechar su potencial turístico.

Es el caso de Magaluf, en Mallorca, que carga con la fama de ser un destino para el turismo de borrachera y en la que han apostado grandes cadenas como Meliá que cuenta con 11 hoteles en la zona y ha invertido cerca de 250 millones de euros desde 2012 para renovar los inmuebles y crear espacios comerciales.

Tras los pasos de Meliá está Room Mate, la cadena de Kike Sarasola que ha apuntado a este destino, que lucha por quitarse la mala fama, para gestionar a partir de 2020 su primer hotel vacacional en nuestro país. “Creemos en el destino y estamos seguros de que se va a reconvertir porque es espectacular. La oportunidad es muy buena”, indican desde la cadena, publica El Confidencial (Kike Sarasola sigue a Escarrer en reconvertir la oferta hotelera en Magaluf).

Benidorm es otro de estos destinos a los que han virado el foco las grandes cadenas como Riu que tendrá un hotel de cuatro estrellas y 450 habitaciones frente a la Playa de Poniente. Barceló también ha apostado por la ciudad levantina reformando el antiguo hotel Selomar (abandonado durante una década en primera línea de playa), mientras que la catalana H10 hace lo propio con un cinco estrellas en Poniente y firmas internacionales de primer nivel se disputan la entrada de su marca en un hotel de tres estrellas que subirá de categoría en cuanto lo reformen (Azora compra siete hoteles en Benidorm y Málaga en su vuelta al negocio hotelero).

Otro ejemplo es Torremolinos, la ciudad costera malagueña que ahora mismo analiza Room Mate y donde Meliá desarrolla un proceso de renovación de los hoteles, con una inversión de unos 50 millones de euros. La Costa del Sol alberga la comunidad británica más grande de España y los alemanes no se quedan atrás. Con buen tiempo todo el año y con oferta comercial y de restauración dirigida a sus clientes extranjeros más fieles, este destino aún cuenta con una oferta hotelera obsoleta que comienza a despertar el interés de los inversores (Cuarenta hoteles nuevos, de lujo, para Málaga y Costa del Sol).