La consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Jessica de León, ha solicitado al Ministerio del Interior posponer la implementación del polémico ‘Gran Hermano’ turístico de Marlaska tras el “caos” visto durante el último puente de diciembre (Chapuza de Marlaska con el registro de viajeros: caídas constantes de la web).
Según informa ABC, durante la sesión de control del Parlamento canario, De León criticó con firmeza el funcionamiento del sistema, indicando no solo afectó negativamente la gestión turística, sino que también generó malestar entre los visitantes.
A su juicio, el registro exige datos a los turistas “de forma reiterada”, lo que complica su experiencia y aumenta la carga administrativa para el sector. Así, insiste en que “estamos absolutamente en contra de este ‘Gran Hermano’”.
Otro punto de preocupación ha sido la falta de preparación tecnológica. La plataforma de datos no estuvo completamente operativa durante los primeros días de la aplicación. Además, la consejera advirtió que la Unión Europea ha señalado “graves incumplimientos” en normativas sobre comercio electrónico y protección de datos personales relacionados con este registro.
Por otra parte, además de cuestionar la falta de coordinación entre administraciones, también destacó la falta de comunicación entre los ministerios implicados. “El Ministerio de Turismo no se habla con el de Interior”, afirmó, haciendo referencia a otros conflictos como el decreto de ventanilla única digital y la normativa europea sobre alquileres de corta duración.
Con todo ello, la consejera asegura que el Gobierno central debe cambiar su enfoque y trabajar de manera más estrecha con las comunidades autónomas. “No se puede seguir gobernando de espaldas”. “Entendemos que se tiene que dejar de las legumbres, porque aquí es lentejas, o las tomas o las dejas”.
Que viva la gestapo socialista bolivariana y sus datos
El pasado viernes hice el check-in en un hotel de las islas para pasar el puente con mi familia. Nos llevó una hora y cuarenta minutos. Lo peor es que llegaban más y más personas y se fueron acumulando en una cola que estaba ya por fuera del hotel. Los niños desesperados, los clientes con malas caras, nosotros cansados del viaje y hambrientos. Los empleados del hotel se afanaban en ofrecernos zumos y cava, nos llevaron las maletas a consigna y por lo que observé tenían personal de refuerzo en recepción, incluído el director que también estaba allí para intentar agilizar el proceso. Fue una situación caótica y lamentable, en ningún caso achacable al hotel.
Lo que digo yo es, en un país que es potencia mundial del turismo, por qué nos tiramos piedras al tejado? Qué queremos? Autodestruirnos???