El Gobierno canario ha cedido a la presión política y empresarial y ha acordado levantar el veto que impedía la construcción de nuevos hoteles de cuatro estrellas. Ahora bien, a cambio endurece los requisitos de calidad y eficiencia necesarios para su construcción.
Los nuevos criterios se desarrollarán a través de un nuevo reglamento, cuyos parámetros incidirán principalmente en el ahorro energético y la calidad de los servicios del complejo, incidiendo especialmente en las condiciones de densidad, equipamiento, infraestructuras y servicios. Además, los nuevos hoteles se deben construir en suelos turísticos ya urbanizados.
A juicio del consejero regional de Política Territorial, Domingo Berriel, esta modificación "colma" las aspiraciones que habían planteado determinados colectivos, instituciones y partidos políticos -especialmente desde Gran Canaria-, y "no desvirtúa" los principios de la ley, cuyo modelo de rehabilitación camina "a pasos firmes”.
El anteproyecto para modificar la Ley de Renovación y Modernización Turística se remitirá al Consejo Consultivo por la vía de urgencia para que en un plazo aproximado de 15 días, vuelva al Ejecutivo, se apruebe como proyecto de ley, y pueda ser debatido en el Parlamento, preferiblemente bajo la modalidad de lectura única.
Me parece una gran noticia. Eso sí, sería conveniente que el Gobierno Canario, al mismo tiempo que eleva las exigencias para la calidad de los nuevos hoteles, se plantease eliminar el AIEM, un impuesto ilegal que hace que cualquier cosa que se lleve al hotel desde la Península, pague un 15% no recuperable, además de un 5 recuperable, además de tener costar más enviar un contenedor a Tenerife que a Japón (demostrable).
Preocúpense de que los hoteles estén fantásticos, pues en caso contrario, el turista se irá a otro destino mejor equipado y más barato.