Dos matrimonios británicos han sido condenados a pagar 23.000 euros de multa y a cuatro meses de prisión por inventarse una intoxicación para denunciar al hotel en el que se alojaban en Canarias, según informa El Mundo.
La Policía investigó en 2017 a más de 800 turistas británicos que habían denunciado intoxicarse por alimentos ingeridos en hoteles o por el agua de la piscina.
El procedimiento era presentar reclamaciones a través de 77 despachos de abogados en Gran Bretaña, una trama que ha sido desarticulada. La investigación comenzó en Baleares, pero finalmente se encontraron casos de turistas que utilizaban la misma treta para sacar beneficio de sus vacaciones.
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