Carmen Riu ha discutido con su hermano Luis solo una vez

A Carmen Riu no le gusta que se escriba nada sobre ella, ni siquiera sobre su jubilación. En los medios y en los foros ha aparecido por necesidades del guion, por las circunstancias del cargo, por la dimensión de la cadena. Si por ella fuera, no tendría ni jefe de prensa. La sencillez es una de las muchas herencias recibidas de sus progenitores. Una humildad sincera que en nada está reñida con la valentía. Se va del cargo como llegó: en profundo silencio. Tampoco será de su agrado este artículo, aunque sea elogioso para ella, para su hermano y para la cadena (Carmen Riu anuncia su jubilación).

Cuando ha tenido que dar la cara lo ha hecho sin miedo alguno. En el año 2000, en un foro que organizó Preferente en Santo Domingo, Carmen Riu se enfrentó al ministro de Medio Ambiente , el historiador Frank Moya. El entonces alto cargo del Gobierno de Hipólito Mejía, un intelectual muy respetado en el país, dijo ante un auditorio repleto de profesionales y medios que Puerto Plata “es un estercolero” y la mayor de los Riu no se calló la boca y protestó, con educación pero con énfasis, por la falta de tacto del historiador.

También ha reaccionado con coraje cuando ha visto u oído alguna injusticia relacionada con el mundo que rodea al turismo. En su día lo hizo con la ecotasa, lo ha hecho con autoridades que se han excedido y recientemente con activistas que han polemizado con las camareras de piso. A Carmen Riu no le gusta que llamen kellys a unas trabajadoras que tanto admira, y no esconde su malestar cuando se injuria al turismo sin base alguna. No se pronuncia en caliente, pero no se calla ante el poder, público o privado, si considera que la razón le asiste (Carmen Riu se rebela en un entorno de colegas inertes).

El tándem con su hermano, tan distintos pero tan unidos, ha sido ejemplar, un modelo a seguir para el resto de las sagas. Más de 25 años juntos y solo una discusión: la breve presencia de Riu en un país caribeño, de la que Luis era partidario y Carmen contraria. El hermano viaja por trabajo una media de 180 veces al año buscando nuevos nichos de mercado y la hermana por temas financieros, corporativos o para defender al sector desde Exceltur en Madrid o Inverotel en el Caribe. Viajes que realizan en compañías regulares pese a ser Riu la cadena que más gana de todas las españolas.