Club Med: inestabilidad profunda pese a los excelentes resultados

Cuando una empresa gana dinero y está bien situada en el mercado debería tener estabilidad y perspectivas porque eso es lo que busca. No es el caso del famoso Club Med. El grupo francés gana dinero, pero los tiempos son dudosos. El director general adjunto, Michel Wolfovski, presentó su dimisión ante la situación (El Club Med consigue por fin entrar en beneficios).

El culpable de la desorientación es el inversor. O sea el propietario. O sea Fosun. ¿Se acuerdan de los ochenta? Los chinos salieron por el mundo con el talonario a demostrar que sabían de turismo. Fueron los principales accionistas de Thomas Cook, que acabó como acabó, y de varias empresas más, casi todas en ruinas. Pero el Club Med, en cambio, sobrevivió y salió adelante. Fosun, en cambio, ha acusado el golpe como grupo.

Fosun gastó 800 millones de euros en hacerse con el famoso club de vacaciones. Y le va bien. Pero los chinos van de día en día, y para que el club de vacaciones funcione necesita planificación, al parecer, algo contrario a Fosun.

En el caos tiene parte el hombre, francés, que dirigió el desembarco chino: Henri Giscard d’Estaing, que desde el 2002 ocupa el consejo de Club Med.

Pero Fosun sigue ahogado en deudas (casi 30 mil millones de dólares) mientras el Club Med sale adelante. Y es objeto del cortejo por incontables empresarios que querrían desembarcar en su capital para darle un nuevo rumbo. No menos importante, que un emblema francés como el Club Med, fundado en los 50, sea de titularidad china, no encaja bien.