He hablado de la importancia de la colaboración público-privada para encontrar mecanismos que ayuden a la recuperación del sector turístico. También he insistido en que la recuperación de la confianza de los turistas es fundamental para atraer a viajeros de calidad. Hoy quiero tratar otro tema que me encanta y que es también fundamental para recuperar nuestro sector: la tecnología y la innovación.
Los que me conocéis sabéis que llevo varios años escuchando, conociendo e invirtiendo en personas y compañías que logran enamorarme con una idea innovadora. Estamos en una época apasionante donde ideas que antes se consideraban imposibles van tomando forma y se hacen realidad gracias a los avances tecnológicos.
Actualmente se nos presentan múltiples avances tecnológicos que podemos aplicar a nuestro sector y que pueden ayudar a diferenciarnos. Muchos de esos avances ya los hemos visto aplicados en la pandemia a marchas forzadas como los códigos QR para las cartas de los restaurantes o el teletrabajo mismo. Pero tenemos que dar un paso más allá y ver de qué manera podemos aprovechar las nuevas tecnologías para personalizar y diferenciar más nuestro servicio y así convertirlo en algo único, sin perder el foco en lo más importante que diferencia a nuestro sector: el toque humano. Lo dije, lo repito y lo seguiré diciendo hasta que me canse: señores, somos España, somos y debemos ser los mejores en esto. Y este es un camino para lograrlo.
Una de las exposiciones que más me llamó la atención de la VII Jornada de Turismo de Benidorm fue la de César Romera, Director de Desarrollo de Negocio de IBM que nos habló de la importancia y la oportunidad que supone la Inteligencia Artificial aplicada a nuestros negocios. Destacó tres aplicaciones útiles en las que podíamos basarnos y aplicar a medio-largo plazo: la robotización o transformación de procesos para reducir los costes, el conocimiento del dato para impactar mejor a los clientes potenciales y los asistentes virtuales que nos permiten atender a los clientes 24 horas al día.
También en esa misma conferencia, pude conocer a personas de todas las generaciones que me sorprendieron con ideas únicas y diferenciales. Es el caso de Soledad Berbegal, consejera y Directora de Reputación de Marca de Actiu que nos presentó su maravillosa empresa de muebles de oficina enfocados al bienestar de las personas, o Andrea Cayón, Cofundadora de Passporter, comunidades de viajeros que nos permiten descubrir nuevos destinos y nos ayudan a llegar a ellos y organizar nuestro viaje. También Pedro Máiquez, CEO de Holafly, que ofrecen una solución cómoda y eficiente a los viajeros preocupados por las tarifas de móvil en países extranjeros, o Daniel Mayo, CEO Fundador de Vivood, un maravilloso concepto de hotel de lujo y exclusivos que se mimetizan con la naturaleza.
Ideas así son las que necesitamos, conceptos que surgen de un espíritu disruptivo y rebelde que quiere cambiar las cosas. Puede ser una idea original que resuelva una necesidad actual o una que suponga darle la vuelta a algo que hacíamos de manera tradicional y que gracias a la tecnología podemos llevarla a cabo de manera más eficiente que antes.
Pero ojo, no se trata de pensar sólo en tecnología e innovación como solución en sí misma. Eso es un error. Lo prioritario en nuestro sector, al menos como yo lo entiendo, es y debe ser siempre estar más cerca de las personas. Es decir, aplicar la tecnología e innovación, pero sin perder el toque humano. Que sirva para hacer más felices a nuestros clientes y, por ejemplo en nuestro caso, que se sientan como en casa.
Sé que esto que voy a decir se ha repetido hasta la saciedad y que en estos momentos no consuela, pero es la más cruda verdad: las crisis son una oportunidad para reinventarse. El mundo está cambiando o, mejor dicho, ha cambiado y nosotros como sector tenemos que adaptarnos a él.
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