Unos turistas están a punto de causar un conflicto de alto nivel entre China y Suecia. El asunto parece increíble, pero cuando intervienen los ministerios de Asuntos Exteriores es que las cosas están, como mínimo, fuera de control. El incidente tuvo lugar el pasado 2 de septiembre, pero alcanza dimensión diplomática cuando hoy China emite un comunicado oficial exigiendo a Suecia que se tome en serio su preocupación sobre la expulsión de unos turistas chinos de un hotel de Estocolmo. El asunto está teniendo amplia repercusión en las redes sociales en China.
Hasta entonces se sabía que la policía había echado por la fuerza a una persona china, de apellido Zeng, con sus padres, de un hotel de Estocolmo, que habían llegado un día antes de su reserva y el hotel les pidió que abandonaran porque no habían plazas.
A partir de ahí, el asunto se desmadró en las redes sociales chinas, al punto de que el Gobierno de Pekín planteó una protesta formal ante el Gobierno sueco, según confirmó un portavoz. En diplomacia, el tono de las protestas es muy significativo y en este caso el gobierno chino está empleando términos muy contundentes exigiendo protección de los “intereses legítimos” de los turistas chinos. Suecia, por el contrario, no ha respondido.
La prensa sueca ha publicado la noticia y ha entrevistado a un fiscal que no encuentra motivo para actuar dado que la operación policial, indicó, es perfectamente correcta. Suecia considera extraoficialmente que China está exagerando debido a que Suecia condenó a su vez, en un incidente no vinculado al anterior, una detención de un sueco en ese país.
En las redes circula un vídeo clip de los ciudadanos chinos llorando y gritando en la calle delante del hotel, lo que ha encendido a los chinos (https://www.youtube.com/watch?v=XlJ3goO2d80). Algunos culpan al gobierno sueco, aunque otros dicen que los turistas no actuaron correctamente.
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