Cuando Miguel Fluxá se encorajina y dice no

Sin gritar ni fruncir el ceño, no es la primera vez que Miguel Fluxá alza la voz contra medidas que afectan al interés general del turismo y de su tierra. Dos lustros atrás, se enfrentó como el más de los corajudos a los manirrotos que implantaron la ecotasa y aspiraban a que Baleares tuviera entonces dos millones menos de turistas.

Su' no' a las prospecciones petrolíferas en aguas de Baleares al final del discurso que pronunció tras recibir la medalla de Oro de las Islas sonó rotundo ante autoridades, fuerzas vivas del archipiélago, medios informativos y cientos de personas que acudieron al acto institucional celebrado en la noche del viernes en la Lonja palmesana.

El rechazo del presidente de Iberostar a estas prospecciones provocó un aplauso compartido, espontáneo y prolongado de los asistentes, pero a la par cogió desprevenido, por inesperado, a más de uno. Mucha gente piensa, la mayoría, que Miguel Fluxá es pusilánime cuando es tan valiente como el más aguerrido de sus colegas.

Lo más fácil para el hotelero mallorquín habría sido obviar el asunto que actualmente polariza la actualidad de las Islas en una noche tan especial para él, o siquiera haber pasado de puntillas, pero se encorajinó y delante del Gobierno balear y de todos los poderes fácticos del archipiélago expresó su oposición de forma tan sencilla como sentida.

A sus casi 76 años de vida y 50 de empresario de alto nivel, Miguel Fluxá ha bregado en muchos frentes y algunos de ellos le originaron heridas dolorosas precisamente por no plegarse a las exigencias de autoridades bastante opacas, mismamente las de un cacique de una isla de Canarias que linda con la Graciosa.

Por regla general, este empresario que ha sabido crear la firma hotelera española con más marca en el segmento vacacional rehúye la polémica y no pierde el tiempo en asuntos triviales. Como buen Fluxá, el pragmatismo le viene de cuna. Pero cuando tiene que dar la cara lo hace sin temblarle el pulso y sin importarle el entorno.

El presidente de Iberostar resaltó en su discurso que su padre le enseñó a decir que no, y aunque resultara pancartero oírlo en boca de un hombre comedido y que ha hecho del savoir faire el sello de su carrera, su no a las prospecciones petrolíferas caló en un auditorio poco acostumbrado a estas reivindicaciones en actos tan solemnes.