Cuba: el viento corre a favor de las cadenas hoteleras implantadas

Los precios de las habitaciones en los hoteles de Cuba, especialmente los de más pedigrí de La Habana y Varadero, se van a disparar el año próximo. Se habla en círculos de las cadenas allí implantadas que subirán en torno al 20 por ciento como mínimo. Las hoteleras van a registrar unos balances de ensueño en 2016 y los siguientes, como nadie se podía imaginar nueve meses atrás.

Cuba está tan de moda, tan demandada, que hasta los Cayos ya están registrando altas ocupaciones. Los hoteles de la cayeria cubana, cuyas playas son las mejores de la isla, también aumentarán sus precios, aunque nunca llegarán a tener los resultados de los habaneros y los del polo turístico por excelencia, Varadero. Pero también se verán favorecidos por el boom que vive la Isla.

A las cadenas extranjeras y a las nacionales les ha tocado literalmente la lotería con el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Hasta los establecimientos menos conocidos y las hoteleras menos renombradas están teniendo unos registros inmejorables por el impacto mundial -no solo en USA- que ha supuesto la normalización política de ambos países.

Los márgenes de beneficio de Varadero no serán idénticos a los de Cancún y Riviera Maya -los mejores del Caribe de habla hispana- ni a los de Punta Cana-Bávaro, y mucho menos a los que registraran los de los Cayos, pero se irán aproximando. Los establecimientos de La Habana, en especial los de los hoteles más emblemáticos, sí que tendrán unos resultados en línea con los mejores de sus competidores vecinos.

Por eso hay tanto interés por ir a Cuba. Según nos indican, los responsables de Catalonia se habrían entrevistado con las autoridades cubanas. La mallorquina THB ya lo ha hecho, y con el padrinazgo nada menos que de Iberostar. E igual sucede con Ona. De fuera de España, los de Casa de Campo, complejo residencial turístico por excelencia de Dominicana, también han viajado a Cuba para analizar inversiones.

La diferencia entre los que van a aterrizar con los que ya están implantados, desde Meliá e Iberostar a Roc y Valentín, pasando por Blau y sobre todo los de Sunwing, es que todos ellos parten con la ventaja de que sus beneficios son inmediatos, mientras que para los pretendientes el recorrido es aún largo, tanto si tienen que remodelar como si tienen que construir: la burocracia no es fácil en Cuba.

La isla tendrá que llevar a cabo una amplia inversión en infraestructuras de todo tipo, desde aeroportuarias a viarias. Y bastantes hoteles de renombre de La Habana -Nacional, Riviera, Plaza, etc…- necesitan de una muy completa renovación. Estas obras aún no se han iniciado, ni están proyectadas porque aún no se sabe qué hoteleras se asociarán a las cubanas. El tiempo corre a favor de los ya implantados.