El Gobierno de Donald Trump anunció el pasado 16 de enero que el Título III de la Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubana (1996), más conocida como Ley Helms-Burton, se mantendría suspendida durante 45 días y no durante seis meses, tal y como se venía haciendo desde la etapa de Clinton. Pasado este plazo cabría la posibilidad de que norteamericanos reclamen la titularidad de las propiedades expropiadas durante la Revolución, muchas de ellas en manos de hoteleros españoles.
La decisión, que fue tachada de "provocación" por el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha puesto en alerta a las hoteleras que operan en Cuba, uno de los principales destinos para muchas cadenas en el Caribe. En este momento existen casi 6.000 reclamaciones por un valor total de 9.000 millones de dólares entre las que se encuentran las del aeropuerto de La Habana o las instalaciones portuarias de Santiago de Cuba, publica El Confidencial (Escarrer Jaume: “Hace falta una política de Estado hacia Cuba”).
Uno de los sectores más expuestos ante la posible activación de este título es el hotelero. "Puede tener un problema serio", admite al citado medio, Jordi Cabarrocas, presidente de 1898, asociación que representa a unas 400 familias en España. De hecho, señala que hay algunas cadenas hoteleras que han mantenido conversaciones con algunas familias, si bien no se ha llegado a cerrar ningún acuerdo (Meliá se alía con un fondo para invertir 350 millones en Cuba).
Cadenas hoteleras españolas como Meliá cuenta con 32 hoteles en Cuba, Iberostar un total de 20 y Barceló gestiona tres establecimientos, lo que le imprime algo de tranquilidad a la hotelera mallorquina, puesto que no ostenta la propiedad de los inmuebles, asegura. De hecho, no creen que Estados Unidos vaya a activar un título que va en contra de sus propios intereses, pues hay cadenas hoteleras estadounidenses (como Marriott) con presencia en la isla. "Sería como pegarse un tiro en el pie", vaticinan.
NH es otra de las hoteleras que mira con los dos ojos el deshielo de la Ley Helms-Burton. La cadena española gestiona dos hoteles en La Habana, si bien ambos están en manos de un tercero. "La propiedad es la que asume el riesgo", explica la cadena. Los contratos de gestión suelen durar unos 10 años y están sujetos a unas estrictas cláusulas de cancelación.
Que le den por el culo a estos esclavistas no van a mandar jamas en Cuba