La decisión del Gobierno británico, de incorporar nuevamente a Baleares a la calificación de ‘ámbar’ en su semáforo para los viajes, tendrá un impacto bastante limitado en los viajes, salvo entre la gente joven, clientes habituales de zonas como Magalluf o Ibiza y, probablemente, también en Menorca, por el turismo familiar.
La razón de este impacto limitado está en que el mismo día entrará en vigor la posibilidad de todos los británicos que estén vacunados con las dos dosis puedan viajar a cualquier territorio ámbar sin cuarentena, pero sí están obligados a presentar PCR antes y después del viaje. Esto este miércoles se aplicaba a más del sesenta por ciento de la población británica que ya tenía las dos dosis.
El cuarenta por ciento aún no vacunado es personal muy joven, los últimos en la lista de llamados, como ocurre en toda Europa y el mundo, por ser los menos vulnerables.
Sin embargo, la medida tiene un problema adicional que se ha registrado en Francia y que se ignora si se ampliará a España: unos cinco millones de británicos están vacunados con un tipo de compuesto de Astra Zeneca producido por el Instituto Serum de la India. Es exactamente el mismo componente que el que tiene la vacuna producida en Europa, pero en Francia algunos viajeros británicos con esta vacuna fueron rechazados.
El Gobierno británico mostró su desaprobación de esta restricción, pero si se extiende puede llegar a afectar hasta a cinco millones de británicos, en edad adulta en su mayoría.
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