Casi dos años después de la tragedia, el antiguo hotel Riu Imperial Marhaba, de Sousse, en Túnez, prevé tener un 90 por ciento de ocupación. Habrá rusos, alemanes y otras nacionalidades, pero no británicos, las principales víctimas mortales del atentado del 26 de junio de 2015, cuando un terrorista mató a 38 turistas. Londres mantiene su consejo de no viajar al país, aduciendo razones de seguridad.
El hotel sigue siendo propiedad de Zohra Driss (en la fotografía) pero ya no tiene el mismo nombre. Ahora se llama Kantaoui Bay y ha sido totalmente reformado, con una fuerte inversión para remodelar completamente las instalaciones.
El renacimiento del hotel es en buena medida una muestra del espíritu de renacimiento que tiene Túnez, que pretende volver a ocupar un lugar en el mapa del turismo. De hecho, las ventas en Alemania no han ido mal, aunque no hayan recuperado los precios de antes. Sobre todo, Túnez ha incrementado la vigilancia y la seguridad.
El hotel también. No sólo ha cambiado la decoración, los muebles, los jardines y hasta el nombre, sino que también se ha vinculado a una cadena hotelera diferente. Ahora es parte del grupo alemán Steigenberger.
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