No está a un paso y no ocupa titulares de los periódicos. Sólo una cadena hotelera española, Barceló, tiene intereses en el país. Sin embargo, el mundo asiste hoy a una catástrofe económica con el turismo en Nicaragua: simplemente, está muriéndose.
La crisis política que enfrenta a todo el mundo con el gobierno sandinista de Daniel Ortega y de su mujer, Rosario Murillo, está provocando el hundimiento de una de las principales fuentes de ingresos de la economía local. Los hoteles y restaurantes están cerrando masivamente, la mano de obra del sector se ha recortado en más del cincuenta por ciento. El turismo en Nicaragua muere ante la pasividad del mundo.
El caso más dramático está en Manzanillo, un lugar virgen, maravilloso, en que la presencia de Beyoncé, Scarlett Johansson o Michael Fassbender convirtieron al hotel Mukul, el más lujoso del país, en un símbolo. En abril tuvo que cerrar sus puertas y quedar abandonado. Hoy es un lugar fantasma, símbolo del hundimiento del turismo del país.
Los lujosos candelabros de las habitaciones aún están, pero las piscinas empiezan a sufrir el efecto del tiempo. Sólo queda un empleado en nómina, quien explica que esperaban reabrir en noviembre o en diciembre, pero que hay que esperar porque las causas son ajenas al hotel, como es evidente.
Los afectados son centenares porque aunque el hotel no era muy grande, el lujo exige mucho personal. Y, lo peor, probablemente, son los efectos en cadena para otras personas y otros sectores económicos.
Lucy Valenti, la presidenta de la Cámara de Turismo, indica que estos problemas son un mazazo para los grandes esfuerzos que se vienen haciendo para mantener el turismo a flote. Un ochenta por ciento de los hoteles y un 35 por ciento de los restaurantes ha cerado. Unas 70 de las 120 mil personas que trabajan en el turismo ha perdido el empleo, dice Valenti. La Cámara estima las pérdidas en unos 230 millones de dólares.
La única subsección del negocio turístico que va bien son las agencias de viajes porque están vendiendo más billetes que nunca para quienes desean abandonar el pais. En el Pacífico, la región turística menos explotada, la violencia no ha aparecido, pero tampoco tiene mucho peso en el conjunto. Los efectos son notables en la costa del Pacífico que, por su parte, es la más explotada.
Que pena que por culpa de querer quedarse unas personas en el poder, hundan a su propio pais y mas todavia a un sector del turismo al cual pertenezco....animo al pueblo de nicaragua.
Julián