Embargan a hoteleras cobros pendientes de las mayoristas

Los acreedores de empresas turísticas, desde la administración pública a bancos, están redoblando su ofensiva sin precedentes contra los negocios hoteleros, y están llegando a embargar los créditos que algunas de las principales cadenas tienen pendiente de cobro por parte de mayoristas como turoperadores o grandes bancos de camas, según ha podido contrastar Preferente de varias fuentes financieras.

Estas medidas coinciden con el súbito vuelco de los bancos que han dado las pasadas semanas a su postura sobre las empresas turísticas, pasando del apoyo confiado a una presión asfixiante, cuyo fin es buscar una liquidez inminente que las hoteleras son incapaces satisfacer a corto plazo por obvios motivos estacionales (Súbita presión de los bancos incluso a hoteleras solventes).

Así, la banca, con excepciones como el Banco Popular dominicano, está forzando incluso a las hoteleras más solventes a que vendan activos porque lo que buscan es caja y evitar cargarse de ladrillo como ocurrió en la anterior crisis de 2008-2013, pese a tratarse de cataclismos muy distintos porque la última recesión tuvo precisamente una raíz inmobiliaria (Retrasan a 2022 un posible ‘boom’ de transacciones de hoteles).

La anterior crisis se originó por malas prácticas de los financieros a la hora de conceder hipotecas subprime, y en España tuvo especial virulencia porque una burbuja había inflado la construcción de más inmuebles de lo que una demanda repentinamente a la baja podía absorber. Es decir, características que nada tienen que ver con esta crisis sanitaria del coronavirus (Se pone a la venta una cadena hotelera por 280 millones y otra por 95).

Las empresas hoteleras, que llegaron a la debacle de este año con unos saludables ratios de deuda respecto a resultados y patrimonio, han vivido una caída aguda pero puntual de la demanda durante este aciago 2020, pero ahora cuentan con unas perspectivas de rebote acentuado a partir de unas semanas, ya sea por los tests o por la vacuna.

La crisis sanitaria está más cerca de quedar atrás con los últimos avances científicos y tecnológicos, y como acaba de decir el CEO de Marriott, Arne Sorenson, al frente de la mayor hotelera mundial con más de un millón de habitaciones, "de una crisis sanitaria no sabíamos cómo salir, pero ahora que ya sí vemos que antes o después pasará, y aunque le seguirá una crisis económica, de esta sí sabemos cómo salir".

Por tanto, el negocio hotelero atisba una recuperación segura, a velocidad indeterminada pero certera, por lo que el gremio se está mostrando indignado con la súbita y aguda presión de los bancos y de la administración pública, al obligarles a cambiar su estrategia patrimonial, cuando sus propiedades multiplican varias veces el valor de sus deudas (Cientos de hoteles ya están a la venta con grandes descuentos).