El flamante nombramiento de Encarna Piñero como nueva CEO del Grupo Piñero anunciado este viernes supone completar las sucesiones en los grandes grupos turísticos españoles, tras las designaciones en los últimos tiempos de Javier Hidalgo en Globalia o Sabina Fluxá en Iberostar, junto a las ya definidas tiempo atrás de Gabriel Escarrer Jaume en Meliá y de Abel Matutes Prats en Palladium (Piñero nombra a su hija Encarna consejera delegada).
El Grupo Piñero era el único gran conglomerado en el que estaba pendiente oficializar la futura primera ejecutiva, aunque internamente el paso se hubiera establecido en 2012 en su protocolo familiar, en un tiempo desde entonces en el que Encarna Piñero de forma natural ya ejercía el liderazgo como vicepresidenta en el holding de Bahía Príncipe.
Los procesos de sucesión, así, quedan ya encarrilados en las principales casas del Sector, y con los presidentes coexistiendo y tutelando a sus herederos de manera tranquila, siguiendo el ejemplo de lo que ha ocurrido por ejemplo en otros gigantes empresariales del país como Inditex o el Santander, o la Casa Real desde el punto de vista institucional, y evitando lo que ha pasado en El Corte Inglés, con dos bandos hoy abiertamente enfrentados entre primos, como reveló la revista Preferente en su pasada edición de marzo (Edición de Preferente de marzo de 2017)
Los herederos elegidos —Encarna Piñero, Javier Hidalgo, Sabiná Fluxá, Gabriel Escarrer Jaume o Abel Matutes Prats— son reconocidos en todo el Sector muy capaces para seguir el rumbo de sus conglomerados, independientemente de los diferentes orígenes que tuvieran sus padres (Toman el poder los sucesores de los gigantes hoteleros vacacionales).
Pablo Piñero, que empezó su trayectoria profesional como Policía, protagoniza una historia propia del sueño americano junto a un Gabriel Escarrer Juliá que antes que nada fue botones, y un Juan José Hidalgo que hacía de taxista y pintor de brocha gorda, aunque los dos primeros sin escándalo judicial alguno y con unas carreras intachables.
Miguel Fluxá, Abel Matutes, o los Riu o los Barceló que hoy están al frente de sus grupos, en cambio, venían ya de sagas empresariales exitosas, y demostraron su genialidad para acrecentar aún más los grupos que heredaron, probando también que con más formación y mundo que sus progenitores es posible ensanchas unos proyectos turísticos que forman parte de la historia económica española y que tuvieron un antes y un después con el salto al Caribe.
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