Escarrer y Riu coinciden: “Hay que acabar con el alquiler ilegal”

Representantes de dos de las principales cadenas hoteleras españolas vuelven a cargar contra la falta de control en el segmento de los pisos turísticos. Alertan de que es el principal culpable de la masificación descontrolada y que está golpeando a la calidad de vida de los residentes y a los precios y disponibilidad de viviendas en Baleares. (El desmadre de los pisos turísticos: Alicante, peor que Tenerife, Málaga y Mallorca)

En declaraciones al diario Última Hora, el CEO de Meliá, Gabriel Escarrer, se muestra muy contundente: “Hay que eliminar la oferta ilegal de cualquier tipo”. Recuerda que, “además de saturar muchos destinos y sobrecargar los recursos, han producido otros efectos adversos directamente sobre el mercado de la vivienda”. Todo ello, “sin reportar demasiados beneficios a la sociedad en términos de riqueza y empleo”.

Así, insiste en que el alquiler vacacional es el que está detrás del “nacimiento de fenómenos como la turismofobia”. “Debemos decidir qué turismo queremos, dimensionar nuestra oferta, en cantidad y calidad, y establecer una estrategia que determine la carga turística óptima y siente las bases para un desarrollo sostenible social, medioambiental, y económico”.

En un tono similar se expresa la directora financiera de Riu, Naomi Riu. “Con la llegada del alquiler vacacional ilegal, se ha pasado a un turismo desbocado que tensiona los servicios y altera el día a día de los ciudadanos en sus barrios y en sus pueblos”, apunta.

Considera que “el foco ha de estar en la oferta ilegal y reforzar los mecanismos de control”. “Hay que plantearse si hay suficientes inspecciones que estén ayudando a cumplir con varios aspectos ya regulados”, ya que, “solucionar estos problemas que afectan a los residentes, contribuiría ampliamente a rebajar la tensión existente”.

Con todo ello, ambos representantes instan a las Administraciones a tomar cartas en el asunto de manera inmediata. “No sé cuál sería la cifra adecuada de turistas ni si hay que limitar el número de cruceros o de otros servicios. Pero sí pienso que debemos tomar medidas, de alcance y ambiciosas, para ordenar la actividad turística y recuperar calidad para el visitante y para el residente”.