Estamos jodidos. La fama nos está quedando grande. El turismo es, sin duda, el corazón de España. Nuestro clima excepcional, nuestra gastronomía, la oferta cultural y, sobre todo, los españoles son un reclamo cada vez mayor para los turistas, que cada año nos visitan y encuentran en las ciudades unas experiencias irrepetibles.
Hasta el mes de julio han visitado nuestro país casi 54 millones de turistas. Y aunque son datos positivos, que demuestran que desde el sector sabemos hacer las cosas bien, tengo que confesaros que me da miedo que todos muramos de éxito. La constante búsqueda por batir el récord de visitantes, y llegar a los 100 millones, nos está pasando factura y estamos sufriendo una serie de problemas para los que tenemos que buscar un remedio YA.
Probablemente, una de las medidas pase por replantear de una vez por todas el modelo turístico que queremos en España. Tenemos que ver si queremos ser Milán; una ciudad limpia, bonita y sin aglomeraciones, o queremos apostar por una Venecia, donde hay épocas donde no se puede andar por las calles.
Y una vez decidido el modelo que queremos, aplicarlo con todas las de la ley. Estoy totalmente en contra de toda forma alojativa ilegal, en contra de la masificación de las ciudades que devalúan el destino y, también en contra del “todo vale para crecer”. Creo en la regulación. Creo que un trabajo conjunto entre el sector público – privado y los residentes de las zonas más afectadas por el exceso de visitantes puede llevar a soluciones para todos. Creo en el turismo de calidad, no de cantidad.
Apostar por un turismo de calidad, es sinónimo de éxito. Es poner límites a la entrada masiva de turistas, poniendo en valor nuestro trabajo, nuestras ciudades y las personas que viven en ellas. Y quizás, la solución sea precisamente esa, la de establecer cupos evitando la masificación de los destinos. Ser conscientes de que por el hecho de que los espacios sean abiertos, no significa que no haya aforos, los cupos están para cumplirlos. A ninguno nos gusta visitar ciudades e ir pisándonos unos a otros. Igual que el Santiago Bernabéu no vende más entradas de las que tiene disponibles, tenemos que aprender que los espacios abiertos también tienen que estar regulados.
No soy gurú, ni creo que esta sea la única fórmula magistral, pero es un comienzo.
Llevo tiempo reclamando que hay que hacer algo y no se ha hecho nada. Es el momento de trabajar para mejorar, para crecer, para poder seguir celebrando por todo lo alto el Día Internacional del Turismo y la profesión más maravillosa del mundo antes de que sea demasiado tarde.
We want travelers not troublers.
¿Milán una ciudad bonita?. Por favor.!!! Sin comentarios.
jajajaja. Ahí está la clave. Tampoco en Palencia tienen problemas de saturación turística.
Es un tema de demanda. Todos queremos ir a los mismos sitios, estén preparados para tanta gente o no lo estén. Y hay sitios dónde poca gente quiere ir y por es no tienen aglomeraciones.
Amén.
Españoles,españoles..cada vez menos.
Pero … que fina, elegante y caprichosa condición de género que hasta en el titular brota a flor de piel. No se despojan de sus instintos ni para opinar. Para ser creíble hay que ser honesto con el partner, todo lo demás, lugares comunes y mucho humo.
If you pay penauts, you get monkeys.
¡¡Qué forma tan asquerosa de meterse con alguien por su orientación sexual!!
"Estamos jodidos" es una expresión que usamos todo el mundo, tú incluido.
Eso de apostar por el turismo de calidad suena muy bien pero en la práctica ¿quiere decir que deberían viajar solo los que tienen dinero? ¿Qué los destinos turísticos deberían enfocarse solo a los clientes de 5*?
Soy consciente de que la masificación es un problema en muchos sitios pero como siempre las soluciones se plantean van siempre en línea de que se fastidie el que menos tiene.
Imaginen el día en que la demanda caiga o que dejen seguir aumentando hasta el infinito la oferta de camas como hasta ahora... Vayan pensando en el día después, porque llegará y mucho antes de lo que piensan. La burbuja estallará , las consecuencias las sabemos ya: lo que cuesta 200 igual pasa a costar 100 o 50 según sea la castaña. y lo de "El modelo elegido" es que no hay modelo, ni ideas, son tan malos que ni saben copiar, seguimos siendo el país del alcohol barato y la fiesta sin horarios ni consecuencias.
No puedo estar más de acuerdo.
Qué se busque un turismo de calidad, no tiene que ver con las categorías altas de los establecimientos. Todos tenemos nuestro nicho de mercado.
Lo que no se puede es mantener la estructura actual en la que todo vale y, quien tiene que cumplir cada día normativas más severas, se vea desfavorecido.