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Feijóo y Vox: la derecha española ante el Turismo

El aspirante a presidir el PP tiene al sector encuadrado en la Xunta en el lugar más privilegiado
La formación de Santiago Abascal en Baleares ha defendido al pequeño hotelero pero ve privilegiado al grande

La derecha española entra en un nuevo ciclo con el esperado aterrizaje del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, como presidente del PP en menos de un mes, coincidiendo con el momento en el que las encuestas dan a Vox su mejor resultado. Y ambos aspirantes a relevar al actual gobierno de PSOE y Podemos han venido mostrando su consideración en cuanto a política turística.

El presidente de la Xunta desde 2009 tiene encuadrado al sector su vicepresidencia primera que ostenta Alfonso Rueda, quien aparece como principal aspirante a sucederle al frente del Gobierno autonómico de Galicia. Este encaje es frecuente en otras regiones donde el Turismo domina abrumadoramente la creación de empleo, pero menos en un territorio como el gallego, con una economía más enfocada a otros sectores (El consejero de Turismo gallego aspira a suceder a Feijóo presidiendo la Xunta).

Alberto Núñez Feijóo tiene un perfil de gestor y tecnócrata algo en línea como el de Mario Draghi en Italia, y aspira a convertirse en el presidente del PP que accede al cargo con mayor capital de liderazgo y autoridad, tras haber conseguido varias mayorías absolutas y tras haber demostrado tanto su capacidad de gestión como su instinto político al haber impedido en la región a su cargo la fragmentación de la derecha que se registra en el resto de España.

Ubicado en el ala más centrista de su partido junto al presidente andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla y en contraposición al de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, las formas más suaves de Feijóo --pero de igual contundencia de fondo-- pueden desmovilizar al votante de izquierda, después de que Pablo Casado haya sido percibido como más intransigente a pactos transversales.

El todavía presidente del PP fue junto al presidente de República Dominicana, Luis Abinader, la estrella del último foro de Exceltur previo a Fitur, pero pocas semanas después el respaldo de sus bases se desmoronó tras relacionar a Ayuso ante los micrófonos de la COPE con el “tráfico de influencias”, y tras el malestar en torno al secretario general del partido, Teodoro García Egea.

También la última campaña electoral de Castilla y León, con un progresivo descenso del apoyo al PP, evidenció que los días previos a las urnas no eran el fuerte de Casado, pues de igual modo en sus primeras elecciones generales como candidato a la Moncloa propició con desafortunadas actuaciones que Ciudadanos se quedase a solo once escaños de lo que hubiera sido un ‘sorpasso’ histórico y letal.

Vox, a diferencia de Podemos, aún no ha entrado en ningún gobierno autonómico, pero su postura sobre el Turismo tiene un referente en la cuna del sector como es Baleares, donde su líder regional, Jorge Campos, se ha posicionado ante la nueva Ley Turística con gran sensibilidad al malestar de los pequeños hoteleros, pero también señalando a los grandes como beneficiarios.

El PP en Baleares, de su lado, tiene a una líder, Marga Prohens, que antes de llegar al cargo hace unos meses se demostró muy activa con campañas contra la turismofobia, incluso pese al poco rédito electoral de este tipo de manifestaciones en el Archipiélago, donde la formación de centro-derecha y la de derecha se reparten en cuotas similares el apoyo del sector.

La estrategia de Feijóo parece que se encamina a presentarse como el aglutinador el voto útil para el objetivo supremo de echar a Pedro Sánchez de la Moncloa, y aprovechar que la formación de Santiago Abascal no tiene otra alternativa para pactar, mientras el PP puede llegar a acuerdos con el centro-izquierda del PSOE y los nacionalistas vascos del PNV, aunque no con la izquierda de Podemos.

El actual gobierno viene generando malestar en el sector por haberlo marginado de un PERTE a diferencia de otros como el del automóvil, con lo que una limpiadora de habitación puede sentirse en una segunda prioridad respecto a un montador de piezas de una fábrica de coches.

Además, el Ejecutivo que encabeza Pedro Sánchez le ha dado sucesivamente una encuadre menor al Turismo en su gabinete, a la vez que varios miembros del Gobierno han venido insistiendo en sus deseos de reducir al sector, por lo que queda por ver si Feijóo replicaría para el conjunto de España lo hecho en Galicia sobre un encaje del sector más proporcional al valor estratégico que supone para el país, y se compromete a darle su merecido e imprescindible ministerio en exclusiva.

 


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    6 Comments
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    Samper
    2 años

    Curioso que no mencionéis el alza del salario mínimo durante esta legislatura que ha favorecido a miles de empleados en el precarizado sector turístico.

    Luis Merino
    2 años
    Reply to  Samper

    Todos los convenios hoteleros superaban con creces el SMI desde hace décadas.

    TER
    2 años
    Reply to  Luis Merino

    Así es ???

    Samper
    2 años
    Reply to  Luis Merino

    Correcto, pero el precarizado sector turístico no incluye sólo a hoteles sino también a restaurantes, bares, discotecas, tiendas y un largo etcétera

    Joan
    2 años
    Reply to  Samper

    Y ni asi la gente quiere trabajar en la hostelería. O se tiene un sueldo y horario estable o hay que reconvertir el sector.

    bola
    2 años

    ultraderecha...se dice ultraderecha

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