Felipe VI, el amigo del Turismo para los malos momentos

La primera década de Felipe VI como rey ha supuesto para el Turismo tener en el actual Jefe del Estado a un apoyo sobre todo en los peores momentos, los de pandemia. Cuando más necesitó el sector a un valedor, fue cuando más se volcó el monarca en sumar todo lo que pudo en acelerar la recuperación, de igual modo que permanentemente hace en coyunturas más normales con su respaldo a Fitur y con el reconocimiento a los mayores generadores de empleo (La Mesa del Turismo traslada al rey Felipe VI la situación crítica del sector).

En los meses más difíciles del Covid, el Capitán General de los Ejércitos se reunía por videollamada y también presencialmente desde su despacho de la Zarzuela con los grandes líderes y agentes sociales del sector, dejando en ellos una sorpresa por la profundidad de su conocimiento técnico de negocios menos mediáticos como el de las agencias.

Con la relajación de las restricciones, el matrimonio real se dedicó a recorrerse los grandes puntos de la industria vacacional para aprovechar la atención que captan de la prensa, y proyectar la canaria playa de las Canteras, la levantina de Benidorm, la andaluza costasoleña o la balear Playa de Palma.

Esta inaudita gira hizo evidente la sensibilidad del rey con lo que el sector supone para España, puesto que hoy el país representa una excepción en el clima económico del resto de grandes potencias europeas, gracias a que alemanes o británicos vienen descartando Turquía para sus vacaciones, a fin de evitar entre otras cosas compartir el desayuno con rusos.

La familia real ya probó en 2009 su compromiso con el sector, cuando en pleno verano el terrorismo de ETA preparó una cadena de atentados en Palma a fin de ahuyentar al turismo, y al día después los monarcas decidieron posar bajo la Catedral para transmitir un mensaje de tranquilidad a los mercados emisores que contrarrestase de inmediato al pretendido por la banda de asesinos.

El apoyo regio al sector que sustenta la economía del país y sus servicios públicos se viene apreciando igualmente en momentos más ordinarios, con su respaldo regular a la mayor feria turística a final de enero, y con su implicación en reconocer a las sagas que han propagado por el mundo el buen hacer español en la materia.

Las más recientes muestras de apoyo datan de cuando viajó a Palma en septiembre de 2022 para entregar personalmente un premio a una trayectoria a Gabriel Escarrer Juliá, o más recientemente cuando Miguel Fluxá fue distinguido con la Orden de Isabel la Católica (Felipe VI entroniza a Escarrer I).

El Grupo Barceló, con su copresidente Simón Pedro Barceló, también fue recibido junto a sus hermanas en la Zarzuela con motivo de su aniversario, del mismo modo que Carmen Riu recibió de manos del Jefe del Estado un galardón por su contribución a la Marca España ante su histórica expansión, sin obviar igualmente a la familia que cierra el quinteto de grandes sagas del sector, los Piñero-García Lorca, a quienes los monarcas les dedican un especial afecto en sus visitas durante Fitur (Miguel Fluxá recibe de manos del Rey la Real Orden de Isabel la Católica).

Así, en el décimo aniversario que este miércoles se celebra de su proclamación como rey, el Turismo ha contado con la Jefatura del Estado con un apoyo que especialmente se ha hecho visible en las épocas más difíciles. Ante el eterno debate sobre el modelo de país, por encima de dogmas conceptuales, parece que en la práctica el actual monarca supone un aporte al sector por encima de las otras alternativas.