Fitur se convierte en una oportunidad para que destinos como Cataluña, Cuba o Gran Canaria reviertan la más débil recuperación turística que vienen registrando respecto a sus destinos competidores.
La caída del mercado de viajes de trabajo y de congresos ha afectado desde 2019 especialmente a Barcelona, de igual modo que el resto del litoral catalán también se ha visto lastrado debido a que el crecimiento de viajeros internos han optado por otras zonas como la andaluza, la levantina o las del norte peninsular, así como por la desaparición del mercado ruso.
Gran Canaria, de su lado, es la isla es la que peores datos registra de todo su archipiélago en términos de visitantes, perdiendo un 10% respecto a antes de la pandemia, en parte a causa de la debilidad del emisor británico, mientras que las demás ya están apunto de mejorar sus cifras, mientras en la otra cara de la moneda se encuentran Fuerteventura y Tenerife (Gran Canaria se desploma: pierde casi 350.000 turistas).
Cuba, por su parte, tampoco ha podido disfrutar de una repunte similar al registrado en el Caribe mexicano y en República Dominicana, al verse golpeada por el declive del mercado canadiense y también del ruso.
Fitur, así, representa una ocasión para que destinos como Varadero, La Habana, Barcelona, Salou o San Bartolomé de Tirajana (Maspalomas) acorten distancias con otros como Madrid, Calviá, Ibiza, Benidorm, Adeje, Pájara, Torremolinos, Arona, Asturias, Galicia, Cancún o Punta Cana.
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