Conocidos propietarios hoteleros han contactado con Preferente para asegurar que algunos de sus establecimientos está sufriendo desperfectos en las aperturas debido a que sus estructuras se habían acostumbrado a muchos meses sin el trasiego de turistas.
"Se nos han venido abajo algunos techos al poco de recibir de nuevo a los huéspedes, y los arquitectos nos indican que es un fenómeno lógico. Todas las estructuras están acostumbradas a ciertas tensiones, y ante los cambios bruscos pueden responder de esta forma", relata este empresario.
Una multitud de hoteles españoles encadena más de un año cerrado tras estar acostumbrados sus edificios a soportar una cargas regulares, pero nunca acumularon tanto tiempo cerrados. El fenómeno es similar al que ocurre cuando se vacía una piscina de golpe, que puede generar grietas, por lo que siempre se recomienda hacerlo gradualmente.
"Los daños van a costarnos medio millón, y creo que no seremos los únicos hoteleros a quienes les ocurra esto. Ha sido un golpe inesperado y llega además en el peor momento", prosigue el citado hotelero.
Los alojamientos turísticos, en una importante mayoría de casos, se han visto sin ningún uso durante más de un año, a diferencia de los demás edificios que pintualmente han podido cerrar por las restricciones a la movilidad o la sociabilidad, como oficinas, comercios o logísticos. Una nueva y sorprendente amenaza ronda al sector más golpeado y al menos ayudado de toda Europa.
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