Leonel Fernández se reúne en el Meliá Victoria con las figuras señeras del turismo español y los dos líderes del empresariado dominicano. Es julio de 2004 y el político caribeño, máximo dirigente del PLD, aún no ha tomado posesión como presidente de República Dominicana.
Los inversores y pioneros preparan en la víspera del encuentro un listado con los temas a tratar con Fernández Reyna y parte del equipo que accederá a varios departamentos ministeriales (Hacienda, Obras Publicas, Interior, etc.). Abel Matutes es nombrado portavoz a propuesta de Simón Pedro Barceló.
La reunión a manteles transcurre en tono muy cordial, salvo alguna intervención desairada de un presidente de un grupo turístico que estaba peleado con colegas españoles y dominicanos porque el antecesor de Fernández Reyna le había prometido que podría construir en un parque nacional en la zona este del país.
El presidente electo propone a los grandes empresarios que elaboren un libro blanco del turismo para que le sirva de guía al nuevo Gobierno dominicano. Matutes sugiere que el estudio lo realice una consultora norteamericana en la que confiaba muchísimo.
Los notables del turismo se entrevistan días después del almuerzo con el representante en España de la consultora norteamericana. La entrevista transcurre en una de las salas de la presidencia de Baleares y la élite empresarial sale desanimada.
La razón del descontento con el delegado de la consultora en España no es otro que el elevado coste del estudio, desorbitado para los isleños y para cualquier empresario del país. El libro blanco acaba haciéndolo el experto Antonio Munar, de larga trayectoria en el turismo de las islas, por la mitad de un cuarto de lo presupuestado por la consultora.
La consultora en cuestión es la misma que en la víspera de este Fitur expuso un sorprendente y tedioso informe sobre el turismo para un banco dominicano. Tan inconsistente estudio y exposición provocó los ronquidos (no es exageración) de dos damas asistentes al acto. La consultora no es la que ha elaborado el informe ad hoc para los propietarios de pisos turísticos de Barcelona.
Hace tiempo que las big four y otras del mismo ámbito no recogen fielmente lo que acontece en el sector turístico. El equipo del ministerio de Turismo dominicano, por ejemplo, sabe más de la industria que los que trabajan en las cotizadísimas (y carísimas) consultoras.