Kike Sarasola está convencido del éxito de su apuesta por los alquileres vacacionales con el lanzamiento de Be Mate y la compra de Alterkeys, y ha manifestado no ser el único. “Tengo lista de espera de grandes hoteleros para entrar en Be Mate”, ha asegurado a Cinco Días.
El empresario madrileño está a favor de la igualdad de condiciones en el mercado del alojamiento y, sobre los alquileres turísticos, ha afirmado: “Yo quiero que les pongan normativas y que a los hoteleros nos quiten algunas. Quiero que tengan normativas y que paguen impuestos”.
En cuanto a los planes para la cadena Room Mate, Sarasola ha señalado que prevé “cerrar el año con etre 45 y 50 hoteles entre abiertos y firmados”. De momento, ya tiene comprometida la apertura de nueve establecimientos nuevos, que se sumarán a los 21 que forman su portafolio actual. En 2014 la empresa ha ingresado 47 millones de euros y ha tenido una ocupación media del 85’87%, la mayor de su historia.
Tras las operaciones financieras realizadas para salvar Room Mate de la disolución, su presidente y principal accionista ha descartado ampliar capital y ha explicado que él y sus socios contemplan hacer compras en el sector hotelero. “Hay mucha liquidez en el mercado y estamos estudiando cualquier opción en los mercados de deuda”, ha añadido.
Si están haciendo cola, pero como se puede ser tan prepotente
En Madrid también estamos sufriendo estos abusos, en mi caso concreto vivo en el barrio de Chueca, y tengo en mi finca dos pisos turísticos con las consiguientes molestias e incluso riesgo de inseguridad para los vecinos. (Si no rellenan fichas de registro policial de salida y entrada de viajeros, estos hoteles pirata son un nido de paso para delincuentes, pederastas, yihadistas…)
En medio de una guerra de intereses entre hoteleros que se ven perjudicados y particulares que quieren sacar beneficio fácil de su patrimonio, ¿me quieren decir quién protege a una comunidad de vecinos de tener en su finca uno o más pisos turísticos? Un piso de estas características supone: entrada y salida continua de gente desconocida a cualquier hora del día; inseguridad en la escalera; descuido y mal uso de los espacios comunes; ruidos y jaleo a cualquier hora; borracheras; peleas entre vecinos y turistas; noches sin dormir… Díganme, ¿es justo tener que vivir así? El bien más preciado que poseemos es el espacio privado de nuestra vivienda, al que hay que respetar y hacer que se respete. Las descritas son situaciones indignantes que se repiten y que tenemos que sufrir miles de vecinos de esta ciudad por haber tenido la suerte de tener que convivir con un piso turístic