Madrid. 13/04/08.- Factores como el aumento del paro, los elevados precios del petróleo y de los alimentos o la desaceleración económica hacen que los miembros del sector del turismo rural se froten las manos viendo cómo las preocupaciones monetarias del consumidor potenciarán este verano un ocio más económico y de estancias más cortas como el que ofrecen los alojamientos rurales de interior.
Tal y como informa el rotativo digital cincodias.com, el presidente de la Asociación Española de Turismo Rural (Asetur), Francisco Javier Herrera, ha manifestado que “cuando la economía se resiente, el ocio es lo primero que recorta la gente, y nosotros pensamos que en julio y agosto dejarán de ir a destinos más caros y lejanos para pasar unos días en alguna casa rural. Es obvio que estamos en un buen momento para esta modalidad de turismo”.
La demanda de casas rurales sigue creciendo a un ritmo sostenido en las temporadas estivales. Las pernoctaciones de turismo de interior crecieron un 7,7% en febrero respecto al mismo mes de 2007, hasta superar las 350.000, según el INE. Las plazas ofertadas aumentaron un 8%, de modo que el número estimado de casas rurales es de casi 12.000, 1.000 más que en 2007.
Los dos destinos preferidos por los viajeros son Castilla y León y Cataluña, aunque la zona con mayor densidad de establecimientos rurales por habitante es Asturias. Y es que el perfil del turista rural es, esencialmente, el de un urbanita entre 25 y 45 años, que se gasta una media de 169 euros, de los que 82 corresponden al alojamiento, según la radiografía del viajero rural elaborada por TopRural.
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