Un grupo de 30 turistas se ha manifestado este fin de semana a las puertas del hotel Vista Blava Elegance, en Cala Millor, al noreste de Mallorca. Se sienten estafados y aseguran que el coste en relación con el servicio es "un atraco a mano armada", según Diario de Mallorca.
El grupo de veraneantes españoles, de diversa procedencia, sostienen que el hotel de tres estrellas les ha estafado. Los servicios “dejan mucho que desear” y lamentan que no haya “un jefe o encargado”, a quien poder pedir responsabilidades. No cuenta con director, ni si quiera un jefe de recepción.
Entre las reclamaciones de estos clientes, está la falta de limpieza en el comedor, cuyos manteles o incluso vasos no se limpian ni cambian de un día para otro. Aunque lo que ha causado mayor malestar son las altas temperaturas en esta misma estancia.
El comedor llega a registrar, según graba una clienta, 34 grados en el servicio de comidas, lo que ha provocado desmayos, y clientes que han tenido que ser atendidos por el servicio de ambulancias, además de la dudosa salubridad de lo que ofrecen. Según una de las huéspedes las altas temperaturas persisten en todas las habitaciones, lo que conlleva a que los clientes no puedan conciliar el sueño.
Los turistas se sienten desamparados, ya que al pedir explicaciones se encuentran con la falta de responsables y un personal escaso y que desconoce las causas de las deficiencias o como solventarlas al estar con contrato “de prácticas”. Aunque aseguran que el personal “hace humildemente lo que puede” los servicios mínimos que debería tener un establecimiento de esta categoría no se cumplen.
Los ejemplos se suceden. Una mujer alérgica a la lactosa a la que no atienden correctamente, toallas planchadas pero con manchas, al igual que los manteles, goteras (que al no repararse han conllevado lesiones) y que se solucionan con toallas en el suelo, e incluso descontrol en cuanto al check-in al no haber personal en la recpeción durante más de media hora. Además, la falta de personal se hace evidente al cumplir con los descansos. No se producen sustituciones por lo que la piscina se queda sin socorrista y el día libre de las camareras de piso el establecimiento no se limpia.
Los turistas movilizados proceden de Barcelona, Valencia, Jaén, Badajoz y Madrid entre otras zonas y algunos de ellos aseguran que “ni locos” vuelven a la isla de vacaciones. Los visitantes aseguran que no se les ha dado “ninguna solución” ni les cambian de hotel tras su semana de vacaciones en una de las zonas más turísticas de la isla.
Parece que han sido victimas de otro de esos hoteles, gracias a Dios cada vez mas escasos, donde la inversión es nula, se busca una hiper rentabilidad y con la aprobación y necesaria colaboración del inspector de la Agencia Balear de Turismo.
Digo yo que si un hotel así puede abrir sus puertas, el Inspector sobra, el superior del Inspector sobra, y si ha sido sobornado, que lo sienten en un juzgado