La moratoria de la concesión de licencias para todo tipo de alojamientos turísticos aprobada por el Ayuntamiento de Barcelona ha provocado la incertidumbre entre los inversores, que se quejan de inseguridad jurídica. “Lanza el mensaje al mercado de que en esta ciudad se pueden cambiar las reglas a mitad de juego”, ha señalado la directora de la consultora Aguirre Newman en Barcelona, Anna Gener.
“El daño ya está hecho: que Four Seasons y otros inversores de Londres, París o Nueva York llamen y pregunten qué está pasando en Barcelona es muy grave”, señaló Bruno Hallé, socio director de Magma HC.
Según recoge Expansión, los empresarios del sector advierten que el Ayuntamiento está improvisando su manera de actuar. “Esta gente tiene una falta de conocimiento brutal sobre el sector turístico. Tenemos que trabajar todos en la misma línea. Les tenemos que educar”, dijo Hallé en referencia a la aportación de los hoteles a su entorno.
Por su parte, Ángel Soler, socio de Emin Capital–empresa afectada por la paralización del hotel proyectado en la Torre Agbar–, lamentó que el consistorio no esté teniendo en cuenta “las consecuencias sociales, porque los casi 48 proyectos paralizados podrían generar entre 4.000 y 5.000 puestos de trabajo directos e indirectos; las consecuencias económicas, por la inseguridad jurídica que plantea a los inversores; y el daño que puede hacer esta medida al patrimonio del consistorio si se emprenden acciones legales”.
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