He conocido al fallecido empresario Ramon Bagó desde el año 1980, cuando él estaba en la plenitud física y mental que una persona suele tener cuando está entre los 40 y los 50 años. Era un hombre cautivador en muchos aspectos. Sobre todo por su talento, su ingenio y su fina ironía que le permitía decir verdades como puños sin ofender a nadie la mayoría de las veces. Su presencia física imponía, por su elevada estatura y corpulencia, y por su parecido con el canciller alemán Helmut Kohl, con quien le comparaban.
Sobre él se ha escrito mucho y en sentidos muy opuestos. Ha sido un personaje irrepetible, y figura clave en el turismo de Cataluña, aunque no solamente en el de su tierra natal porque su grupo de empresas no se limitó a operar en la comunidad autónoma. Por un lado, ha habido quienes le criticaron, incluso despiadadamente, por su nunca ocultada militancia catalanista y buscaron y rebuscaron presuntas irregularidades en la obtención de contratos de servicios casi siempre archivadas por los fiscales al no encontrar motivos punibles, sino como máximo irregularidades administrativas. Y, por otra parte, ha habido quienes le apreciaban por su dedicación social, gremial, asociativa, su implicación en el consorcio hospitalario de Cataluña y la generación de puestos de trabajo y de riqueza inducida que generó.
De su trayectoria política conocida -y reconocida- es su labor municipal y autonómica. Como alcalde de la entonces bautizada como Calella de los alemanes. Y como director general de Turismo del primer gobierno autonómico, junto a Francesc Sanuy como consejero, por su enfoque sobre las transferencias de competencias turísticas. Como empresario, son poco conocidos los numerosos emprendimientos que puso en marcha aunque está fuera de cualquier duda lo que fue capaz de concebir, crear y consolidar en el turismo y en la distribución alimentaria, con los cambios de ruta y transformaciones que el entorno requería. A mediados de la década de los años 70 supo descubrir una oportunidad en una crisis que afectaba a pequeños empresarios e impulsó un movimiento cooperativista, aglutinándolos y logrando un éxito que es Serhs, creada a modo de cooperativa y luego convertida en un poderoso holding empresarial con numerosos accionistas, trabajadores y externos, confiando en su gestión.
Sería injusto acabar sin mencionar un aspecto relevante: Bagó fue el artífice del desaparecido, por transformado, Salón Internacional del Turismo de Cataluña (SITC). Mientras él lo presidió fue un evento ferial exitoso y muy concurrido por su compromiso, dedicación, contactos nacionales e internacionales e implicación personal con el salón. Tras dejar la presidencia, el SITC cayó en una acelerada debilidad hasta ser reconvertido en la que este mes de abril será una nueva edición de B-travel .
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