La temporada turística ha sido muy buena para los hoteleros y para todos aquellos que están vinculados directa e indirectamente con esta industria. Pero en especial para el empresariado hotelero, que ha registrado un año de récord, impensable hace unos años. Sin embargo sus dineros invertidos en sicavs se han visto seriamente afectados.
Las sociedades de capital variable –sicavs- es donde se refugian las fortunas de la mayoría de la gente adinerada, periodistas incluidos, tal cual los dos más importantes del país y hasta hace bien poco los más influyentes de la profesión. En el caso de los hoteleros, estos suelen reinvertir en sus negocios y en especial los llamados grandes.
Pero hay hoteleros medianos y pequeños, los considerados como más conservadores, los que se han quedado en España por los más variados motivos, que sí han apostado por las sicavs como herramientas inversoras para sus buenos dividendos. Unas sicavs que han sido y son objeto de polémica por parte de la izquierda más radical del país.
El tsunami financiero también ha hecho mella en estas sociedades y según publica el primer digital del país, El Confidencial, las que más se han visto afectadas han sido dos de los que operan bajo el paraguas de la Banca March, precisamente las que llevan por nombre lugares simbólicos de la Isla: Bellver y Lluc. Y en ellas hay hoteleros.
De acuerdo con el citado digital, Cartera Bellver y Lluc han visto recortada su fortuna como consecuencia de las turbulencias en un 16,45 por ciento y un 14,79 por ciento, y ello a pesar de haber logrado rentabilidades positivas del 1,45 por ciento y del 3 por ciento, respectivamente. Entre los afectados también hay, o había, directivos del Sector.
Uno de los hombres más activos en el mundo inversor y hotelero ocasional -compra, alquila, vende, etc,- el indio Ram Bhavnani, también se ha visto involucrado en esta bronquitis financiera través de la sicav Kalkany, de donde se marchó en su momento. A Bhavnani no le quita el sueño esta situación adversa. Tampoco sus inversiones hoteleras fallidas.
Lo significativo ha sido lo ocurrido en las sicavs de la familia March. Todos decían que funcionaban a las mil maravillas. Y si algunos vendieron hace un par de años fue por causas ajenas a dichos vehículos. De todas formas, estos hoteleros seguirán durmiendo a pierna suelta. El dinero va y viene y este año ha venido a espuertas.
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo